La Agencia Europea de Medicamentos ha apuntado este martes que ve "razonable" estudiar la administración de una cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus en aquellas personas que tienen un sistema inmunitario deprimido. En cambio, sobre si esta nueva dosis de refuerzo se tiene que inocular a la población general, la EMA sostiene que "no hay datos ni evidencias" que sea necesario.
Marco Cavaleri, jefe de la Estrategia de Vacunación de la Agencia Europea de Medicamentos, ha apuntado en una rueda de prensa que tanto ellos como "reguladores de medicamentos de diferentes regiones" están "de acuerdo con el hecho de que la administración de múltiples dosis de refuerzo en intervalos cortos en el tiempo no sería una solución sostenible a largo plazo". Todavía sobre la cuarta dosis, ha indicado que "no hay evidencias de estudios clínicos o la vida real sobre su necesidad o valor".
En concreto, Cavaleri explica que "la administración repetida de refuerzos con varios intervalos de tiempo cortos podría reducir el nivel de anticuerpos que se pueden producir con cada administración, ya que nuestro sistema inmunitario necesita una cierta cantidad de tiempo para mostrar la respuesta al antígeno que se le presenta. Eso, potencialmente, hará que la vacunación sea un poco menos eficiente con el tiempo". En todo caso, el jefe de la Estrategia de Vacunación de la EMA ha querido dejar bien claro que eso no incluye la tercera dosis, un primer refuerzo que se está administrando a los mayores de 18 años, estrategia que el regulador europeo apoya.
Estrategia similar a la gripe
Preguntado por los escenarios de futuro y sobre cómo eso se traducirá en la campaña de vacunación, Marco Cavaleri ha señalado que los refuerzos podrían llegar a los grupos de riesgo cuando "llegue el frío", tal como pasa con la gripe, porque haría "incrementar la respuesta de anticuerpos cuando más lo necesitamos".
Cavaleri sostiene que las vacunas disponibles que hay contra el coronavirus "protegen bien contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte después de la infección". Los niveles de contagios siguen siendo muy elevados y la transmisión de la variante ómicron ha estado muy rápida. En este sentido, el responsable de la Estrategia de Vacunación de la EMA asevera que "la situación en el continente sigue siendo muy preocupante, sobre todo por la alta tasa de contagios que están haciendo progresar a la enfermedad, lo que hace que aumente la presión sobre los hospitales y la atención primaria".
Lo que Marco Cavaleri ha lamentado es que sólo el 40% de la población adulta en el Espacio Económico Europeo (los países miembros de la Unión Europea, Liechtenstein y Noruega) hayan recibido la dosis de refuerzo, o el hecho de que cerca de un 20% de los ciudadanos en el continente no tengan todavía la pauta completa.
Finalmente, Cavaleri ha anunciado los resultados del estudio que han elaborado desde el regulador europeo sobre la efectividad de las vacunas de Pfizer y Moderna en embarazadas: "Hemos concluido que no se encuentra ningún signo de un aumento del riesgo de complicaciones en el embarazo, abortos, partos prematuros o efectos adversos en los recién nacidos".