Uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado la comunidad científica en esta pandemia del nuevo coronavirus es saber por qué algunas personas desarrollan variantes mucho más agresivas de la enfermedad que otras.
Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y otras instituciones ha revelado una serie de alteraciones inmunológicas que parecen marcar la diferencia entre los casos graves y leves de la Covid-19. Hasta ahora, las investigaciones apuntan a cómo nuestro sistema inmunológico responde al SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad, pero… ¿qué es lo que determina esta respuesta?
El sistema inmunológico detecta rápidamente los virus y otros patógenos y se moviliza para hacerles frente y atacarlos. Entre otros recursos, moviliza un tipo de células dirigidas con mayor precisión –pero que se mueven más lentamente– que pertenecen a una rama diferente de las fuerzas de defensa de patógenos del cuerpo, el sistema inmunológico adaptativo. El estudio analiza cómo el sistema inmunológico en ocasiones no responde correctamente durante las infecciones por coronavirus, lo que provoca una enfermedad grave.
El estudio
Los investigadores analizaron la respuesta inmune en 76 personas con Covid-19 y en 69 personas sanas. El estudio refleja cómo se encontraron niveles más altos de determinadas moléculas que promueven la inflamación en la sangre de pacientes con Covid-19 gravemente enfermos. Se ha demostrado que tres de las moléculas que identificaron están asociadas con la inflamación pulmonar en otras enfermedades, pero hasta ahora no se habían identificado en las infecciones por Covid-19.
Lo interesante de este descubrimiento es que estas tres moléculas identificadas y sus receptores podrían representar dianas terapéuticas para combatir la enfermedad, aseguran los expertos, que actualmente están realizando ensayos para bloquear estas moléculas en modelos animales infectados por el SARS-CoV-2. Los científicos también encontraron niveles elevados de desechos bacterianos, como ADN bacteriano y materiales de la pared celular, en la sangre de los pacientes con Covid-19 con casos graves. Cuantos más desechos, más enfermo está el paciente y más sustancias proinflamatorias circulan en su sangre.
Los expertos apuntan a que en casos más graves de la Covid-19, las bacterias que normalmente están presentes en el intestino, los pulmones y la garganta pueden abrirse camino hacia el torrente sanguíneo, iniciando una inflamación que se va transmitiendo al resto del organismo a través del sistema circulatorio.
Paradójicamente, cuanto más grave era la situación del paciente con la Covid-19, menos efectivas eran ciertas células del sistema inmunológico para responder a la enfermedad. En lugar de ser excitadas por material de virus y bacterias, estas células normalmente vigilantes permanecieron funcionalmente inactivas.
Si los altos niveles sanguíneos de moléculas que promueven la inflamación distinguen a los pacientes con Covid-19 de aquellos con casos más leves, pero las células sanguíneas no producen estas moléculas, ¿de dónde vienen? Los expertos creen que se originan en tejidos en algún lugar del cuerpo, muy probablemente en los pulmones de los pacientes, el lugar donde se produce la infección.