Uno de los Objetivos de la OMS para el año 2021 es la eliminación del VHC, el virus que causa la hepatitis C. Precisamente este asunto ha sido uno de los puntos de debate del I Congreso Virtual de Digestivo que ha puesto en marcha la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), con un gran número de asistentes.
Pese a que se han logrado muchos avances en los últimos años, se estima que en el Estado, en el ámbito de la población general que acude a la atención primaria, hay todavía 76.500 personas virémicas y de las que, probablemente, más de 26.000 desconocen que están enfermas. Entre estos últimos, muchos de ellos están apartados del sistema de salud, son población vulnerable muy difícil de alcanzar mediante campañas de prevención y concienciación social. Por este motivo, los médicos especialistas piden que se lleve a cabo un sistema de vigilancia adecuado y se implanten técnicas de cribado en todas las personas con edades comprendidas entre los 40 y 70 años.
Se calcula que el 80% de la población visita al médico una vez al año, por ello, sería una buena oportunidad aprovechar estas consultas para realizarles un test serológico, sin embargo, esta estrategia no sería efectiva para la búsqueda de pacientes vulnerables y desvinculados del sistema sanitario.
En el congreso se concluyó que no es factible la eliminación del virus en 2021, por lo que es de vital importancia seguir concienciando a la población sobre la necesidad de identificar y tratar a todos los pacientes con hepatitis C. Hacer foco en el diagnóstico precoz, la búsqueda activa y el posterior tratamiento de todas las personas que estén infectadas por el virus de la hepatitis C, así como el desarrollo de proyectos de microeliminación, son claves para conseguir el objetivo de la eliminación total de la enfermedad para 2024.
Como señala la Organización Mundial de la salud, la pandemia de hepatitis vírica se cobra muchas vidas y supone una pesada carga para las comunidades y los sistemas de salud. Se estima que cada año ocasionan la muerte de 1,4 millones de personas por infección aguda y por cáncer hepático y cirrosis asociados a las hepatitis, una mortalidad comparable con la del VIH y la tuberculosis.
De esas muertes, aproximadamente el 47 % son atribuibles al virus de la hepatitis B, el 48 % al virus de la hepatitis C y el resto al virus de la hepatitis A y al de la hepatitis E. Las hepatitis víricas son también una causa creciente de mortalidad entre las personas con VIH. Aproximadamente 2,9 millones de personas con VIH están coinfectadas por el virus de la hepatitis C, y 2,6 millones por el virus de la hepatitis B.