Xevudy. Este es el nombre del único fármaco de anticuerpos monoclonales efectivo contra la variante ómicron, con el sotrovimab como activo principal, que aprobó la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) a finales del 2022. Y lo hizo bajo unas indicaciones de uso muy restrictivas que no se entienden en un contexto de aumento de los pacientes ingresados en los hospitales. Estas normas tampoco concuerdan con las de la EMA, la Agencia Europea de Medicamentos, que el 16 de diciembre autorizó su comercialización para tratar a mayores de 12 años que todavía no necesitan oxígeno ni se encuentran en una fase grave de la enfermedad, pero tienen un riesgo elevado.
De esta manera, según el EMA, los beneficiarios de los efectos del medicamento serían personas con obesidad, inmunodeprimidos o pacientes oncológicos, entre otros. Según estudios previos, el tratamiento provoca una reducción del 79% de las hospitalizaciones. Ahora bien, la AEMPS decidió limitar su administración a adultos en estado "grave o crítico", con "serología negativa", es decir, que no tengan anticuerpos, ya sea porque no se han vacunado como porque la inyección no los ha inmunizado, y tengan unas determinadas condiciones de riesgo: receptores de trasplante, inmunodeficiencias primarias o fibrosis quística. ¿Por qué una aplicación tan acotada? La respuesta es bien sencilla: España tiene una disponibilidad limitada. De hecho, se ha pedido a los sanitarios que soliciten autorización para administrarlo a cada paciente.
Indicaciones diferentes
Las indicaciones de las dos agencias, la europea y la española se contradicen: la EMA autorizó el medicamento para evitar las formas graves de un sector amplio de la población, mientras que la AEMPS restringe muchísimo su uso, exclusivamente para pacientes graves y con una autorización previa. El problema radica en el hecho que el medicamento no probado en estos pacientes.
Ante el atraso de la comercialización en la gran escuela del fármaco, Carolina Darias, ministra de Sanidad, aseguró que el Gobierno estaba inmerso en los procedimientos europeos de compra centralizada con las autonomías. Eso era a mediados de diciembre. Un mes después todavía no se sabe cuándo acabará este proceso.
Precio elevado
Además, sin embargo, según ha revelado El Periódico de España, no hay suficientes medicamentos ni siquiera para los pocos pacientes que los pueden recibir. Así lo denuncian varios médicos que trabajan con pacientes trasplantados a quien la AEMPS les rechaza las solicitudes para el tratamiento. Incluso las de aquellos que estaban dispuestos a pagar ellos mismos el coste del tratamiento que asciende a 2.240 euros. Algunos de los médicos se plantean precisamente que el precio sea uno de los motivos por los que el Gobierno no se ha hecho con más dosis. Los especialistas censuran esta decisión y lamentan que una hospitalización es mucho más cara que estos 2.240 euros.