La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) está investigando el fármaco metformina, un medicamento prescrito para la diabetes y la resistencia a la insulina, por su contenido en un contaminante cancerígeno conocido como N-nitrosodimetilamina (NDMA) –nitrosaminas–. De momento, se han detectado trazas de esta sustancia en lotes fuera de la UE, pero aun así ,la Agencia Europea del Medicamento ha tenido constancia de la alerta y la está analizando.
Según han informado funcionarios de la FDA, actualmente están trabajando para determinar si la metformina en el mercado estadounidense puede estar contaminada con este posible carcinógeno. No es el primer caso de un medicamento que ha sido investigado por contener trazas de esta sustancia. A principios de año ya se retiraron bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA) utilizados para la presión arterial y los fármacos con ranitidina utilizados para la acidez estomacal, debido a los niveles preocupantes de NDMA. Ahora el objetivo es analizar lotes de metformina para determinar los niveles de nitrosaminas y proceder, si llega el caso, a su retirada.
La metformina es uno de los fármacos más eficaces para el control de los altos niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes tipo 2. De hecho, no hay otro fármaco alternativo con la misma eficacia para el tratamiento de esta enfermedad. Por este motivo, la FDA ha pedido a la población no retirar la medicación si la está tomando hasta que no queden claras las circunstancias de esta investigación.
La NDMA es un contaminante que se encuentra generalmente en el agua y en los alimentos como las carnes curadas y a la parrilla, los productos lácteos y las verduras. La mayoría de las personas están expuestas regularmente a ella en cantidades relativamente bajas, lo que no es perjudicial para la salud humana. El límite de consumo diario aceptable para NDMA en EE.UU. es de 96 nanogramos.
El problema de esta nitrosamina es que puede aumentar el riesgo de cáncer si las personas están expuestas a ellas por encima de los niveles aceptables y durante largos períodos de tiempo. En principio, la cantidad de esta sustancia en los medicamentos es igual o inferior al límite de ingesta diaria aceptable, pero aun así se ha lanzado la alerta para investigar exactamente la cantidad encontrada.
La sobreexposición con el tiempo, podría aumentar el riesgo de cáncer de una persona. También puede provocar ictericia, fiebre, vómitos, calambres abdominales y mareos. Algunos estudios en animales han demostrado una posible toxicidad hepática, pero con altas dosis de exposición y durante períodos de tiempo más largos.
En España es un fármaco ampliamente prescrito, por lo que antes de tomar cualquier decisión precipitada, lo recomendado es consultar la cuestión con el médico.