El debate acerca de cómo nos afectan los diferentes compuestos químicos que se emplean para fabricar la mayor parte de los cosméticos que utilizamos en nuestra vida diaria desde la infancia, no parece tener fin. Las autoridades sanitarias aseguran que los niveles que se utilizan de estos ingredientes son inocuos para la salud de las personas, pero son muchos los estudios que afirman la posible relación entre su uso y diferentes alteraciones en nuestro organismo.
El estudio
Recientemente, en un trabajo publicado en la revista Human Reproduction, y llevado a cabo por expertos de la Universidad de California en Estados Unidos, encontraron evidencias de cómo ciertos productos químicos para el cuidado personal y productos de consumo, como los ftalatos de bajo peso molecular, los parabenos y los fenoles, o sus precursores, se asocian con alteraciones en la llegada de la pubertad. Más concretamente, en el adelanto de la pubertad en las niñas, aunque no en los niños.
La investigación, que ha durado años, reclutó a mujeres embarazadas a las que se les midieron periódicamente las concentraciones de tres metabolitos de ftalato, metil y propilparabeno y otros cuatro fenoles en la orina. Más adelante, se evaluó la llegada de la pubertad de sus hijos entre las edades de 9 y 13 años, con el objetivo de analizar la asociación que había entre los biomarcadores prenatales y los producidos antes de la llegada de la pubertad.
Las consecuencias
Según los expertos, se encontró un inicio más temprano del desarrollo del vello púbico en aquellas niñas cuyas madres tenían una mayor concentración de MEP urinaria prenatal y una menarquía más temprana con triclosán prenatal y concentraciones de 2,4-diclorofenol. Con respecto a los biomarcadores peripúberes, se observó un desarrollo precoz de los senos y un desarrollo del vello púbico y la menarquia en aquellas niñas con mayor concentración en su orina de metilparabeno, una menarquia anterior con propilparabeno y un desarrollo del vello púbico con 2,5-diclorofenol.
En los varones, sólo se observaron asociaciones con concentraciones de biomarcadores urinarios prenatales y una asociación con concentraciones peripúberes: desarrollo genital más temprano con propilparabeno.
Todos estos compuestos que se recogen en el estudio son de común uso en productos como desodorantes, jabones, champús, perfumes, cosméticos, lacas para el cabello, productos para el cuidado de la piel, lápices labiales y esmalte de uñas. El problema es que la industria cosmética supone un negocio a nivel mundial que supera los 800.000 millones de euros, por lo que hacer un cambio en la formulación de los productos es muy difícil.
Mientras, los estudios científicos concluyen que las personas estamos expuestas al día a alrededor de 200 compuestos químicos, algunos de los cuales, según los estudios, producen evidentes alteraciones en nuestro cuerpo.