El estrés constante puede afectar a los niveles de glucosa en sangre, un problema para toda la población pero, especialmente, para aquellos que sufren diabetes. A veces, los síntomas del estrés son sutiles y es posible que no se noten demasiado, pero lo cierto es que puede afectar gravemente al bienestar mental y emocional, y también a la salud física.

Por eso es importante reconocer los síntomas para tomar medidas para controlarlo. ¿Cómo se puede manifestar? Pues de diferentes maneras. Hay personas que sufren constantes dolores de cabeza dolor o tensión muscular, problemas para dormir, sentimientos generales de enfermedad fatiga, desmotivación, irritabilidad, depresión y ansiedad.

Con los niveles de glucosa en sangre, es importante señalar que las hormonas relacionadas con el estrés de nuestro cuerpo juegan un papel fundamental. Si se experimenta esa reacción, afecta al cuerpo. Es lo que se conoce como respuesta de huida y tiene que ver con una respuesta ancestral de nuestro organismo que aumenta los niveles de determinadas hormonas en la sangre y hace que sus células nerviosas se activen.

Durante esta respuesta, el cuerpo libera adrenalina y cortisol en su torrente sanguíneo y aumenta su frecuencia respiratoria. El cuerpo dirige la sangre a los músculos y las extremidades, lo que permite combatir la situación. En estas circunstancias el cuerpo no puede procesar la glucosa liberada por sus células nerviosas en funcionamiento, especialmente si se sufre diabetes. Si no puede convertir la glucosa en energía, se acumula en el torrente sanguíneo. Esto hace que aumenten los niveles de glucosa en sangre.

El estrés provoca que el cuerpo no sea capaz de procesar la glucosa, sobre todo en los diabéticos

De hecho, en el caso de las personas con diabetes, una buena opción es llevar un registro de información adicional, como la fecha y lo que estaba haciendo en el momento en que estaba estresado, para determinar los desencadenantes específicos. De esta forma, se deben apuntar los niveles de estrés y glucosa. Se debe medir el nivel de estrés mental en una escala del 1 al 10 y al mismo tiempo verificar sus niveles de glucosa. Una vez realizado el ejercicio durante unas semanas, se puede establecer una correlación del mismo, aunque siempre se debe verificar por un médico para comprobar el patrón.

¿Qué hacer para evitar esta circunstancia? Lo mejor es consultar con un especialista, pero existen diversas técnicas que pueden ayudar a eliminar los pensamientos negativos y permitir que la mente se relaje. Por ejemplo, la meditación.

Según una investigación llevada a cabo por el doctor Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, la meditación induce una serie de cambios bioquímicos y físicos en el cuerpo conocidos como respuesta de relajación, que incluye cambios en el metabolismo, el ritmo cardíaco, la respiración, la presión arterial y la química del cerebro. Por eso, realizar cada mañana una meditación de 15 minuto puede ser una buena opción. Otras personas pueden optar por otro tipo de técnicas respiratorias, dar paseos al aire libre en la naturaleza, baños con sales de Epson… las opciones son múltiples, pero lo importante es evitar los daños de la acumulación de la glucosa en sangre.