Con los niveles de contagios disparados, las autoridades sanitarias siguen tomando medidas para prevenir el contagio, la mayoría de ellas destinadas a reducir el contacto social evitando las situaciones que podrían favorecer la propagación del virus. De esta forma, nos estamos adentrando en un nuevo y particular confinamiento por horas y zonas en las que tenemos permitidas las salidas.
Un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad Anglia Ruskin de Cambridge, la Universidad Karl Landsteiner de Austria y la de Perdana, en Kuala Lumpur, aconseja que en este tiempo que nos toca vivir hay dos claves para mantener una buena salud mental: apagar los dispositivos electrónicos cuando se pueda y pasar algo de tiempo al aire libre en la medida que esté permitido.
Los expertos analizaron los niveles de felicidad durante el pasado confinamiento de primavera, analizando cuestiones como el hecho de poder estar al aire libre, la cantidad de tiempo de pantalla diaria (uso de la televisión, el ordenador y el móvil) y los relacionó con sentimientos de soledad y tristeza. Hay que tener en cuenta que no todos los países decretaron un confinamiento total y que en algunos estaba permitido salir a la calle a pasear y hacer ejercicio.
Se midieron los niveles de felicidad de un grupo de 286 personas tres veces al día, a intervalos aleatorios, durante un período de 21 días, para evitar los sesgos de memoria y hacer un seguimiento más exhaustivo. Se llevó a cabo en el mes de abril de 2020, en concreto, en Austria. Entonces, las autoridades permitían salir de casa a los habitantes.
La investigación concluyó que los participantes mostraban mayor felicidad cuando estaban al aire libre y no en el interior. Y también se asoció un mayor tiempo frente a las pantallas con mayores niveles de soledad y tristeza. Según uno de los expertos que ha participado en el trabajo, Viren Swami, “los periodos de confinamiento largos y sin poder salir a la calle ayudan a ralentizar la propagación de la Covid-19, pero tienen un efecto negativo en la salud mental. Por lo tanto, creen que es necesario que se establezca un tiempo para poder salir al exterior. Con todas las medidas de protección necesarias, claro está, pero que permita a las personas poder estar en un espacio abierto y recibir la luz del sol”.
Según Viren, esta investigación debería tener implicaciones prácticas en las políticas sanitarias. Es decir, que en países como el Reino Unido donde se han tomado medidas más drásticas, no estaría de más que las autoridades recordasen y recomendasen la necesidad de tomar aire y no pasar demasiado tiempo frente a las pantallas, si no quieren sufrir las consecuencias en el medio plazo en sus vidas.