Nueva sacudida con respecto a la campaña de vacunación anti-Covid en Europa. España ha detenido temporalmente la vacunación de AstraZeneca, como mínimo, durante 15 días y hasta nueva orden. Esta decisión llega después de que varios países europeos también hayan anunciado que, de momento, suspenden la vacunación con esta marca después de que haya producido varios casos de trombosis por toda Europa. Hoy por hoy, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) está estudiando los episodios de trombosis notificados, que de momento son una treintena. Ahora bien, el EMA ha señalado que, por ahora, no hay ningún indicio que evidencie que la vacunación haya causado estas afecciones, "que no figuran como efectos secundarios de esta vacuna".
"Prudencia, pero no alarma". Así lo ha detallado el genetista y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Salvador Macip en conversación con ElNacional.cat. "Desde el principio creo que ha habido una motivación política detrás entre la UE y AstraZeneca porque no les daban las vacunas. Hay una motivación política detrás, pero se hace bien que si hay un problema, se pare y se analice". Sin embargo, subraya que, de momento, "no hay ningún dato que las complicaciones sean culpa de la vacuna. Eso se tendría que dejar muy claro mientras se investiga".
Proceso similar a los ensayos
A pesar de pedir "prudencia dentro de una lógica", Macip ha querido subrayar que "cada día que no se vacuna es gente que no proteges". De esta manera, insiste en que "está bien" hacer las cosas por prudencia pero "no para crear pánico y desconfianza".
El investigador ha resaltado que este paro recuerda a lo que ya pasó durante los ensayos. "Se paraba y se seguía adelante". Ahora, sin embargo, son muchos países los que están parando la vacuna "no tendría que hacer falta".
Frenar la desconfianza
Pero la desconfianza crece entre la población que espera la segunda dosis y los que tenían que ser vacunados con la primera. "Europa depende de esta vacuna y es la más fácil de administrar", constata. Pfizer y BioNTech y Moderna tienen unas especificidades diferentes y son más complicadas con respecto a la distribución y almacenaje. Y es que el contrato entre la farmacéutica y la Unión Europa es de 400 millones de dosis. Pero no solo depende Europa de esta vacuna. La iniciativa Covax, que busca garantizar el acceso de la vacuna contra el coronavirus por todo el mundo, ya ha suministrado varias dosis de esta vacuna en diferentes países de África y América Latina. "Crear mala propaganda o una representación equivocada de la vacuna tiene una consecuencia importante", resalta Macip. "Se está generando desconfianza".
Así, constata que "no tener cuidado con lo que se dice es un poco irresponsable". Así y todo, determina que "hay que ser prudente, pero cuando no parece que haya este motivo es prematuro provocar esta alerta y paranoia en torno a la vacuna".
"Se tiene que demostrar muy claro si hay efectos o no". Macip pone énfasis en el hecho de que "se verán problemas de salud" porque la vacuna se está administrando a muchas personas, pero "se tiene que demostrar que la vacuna lo está causando y no parece que este sea el caso".
Qué dice AstraZeneca
Ante de los anuncios de suspensión, AstraZeneca se ha visto obligada a emitir un comunicado este lunes donde hace un llamamiento a la tranquilidad asegurando que no hay "ninguna evidencia" de su relación con un aumento del riesgo de sufrir un episodio de trombosis una vez se recibe una dosis de la vacuna.
El laboratorio asegura que, hasta ahora, en la UE y el Reino Unido se han notificado 15 casos de Trombosis Venosa Profunda y 22 de embolia pulmonar entre las más de 17 millones de personas que han recibido alguna dosis de su vacuna hasta el 8 de marzo. Una cifra que, según indican, "es muy inferior a la que se esperaría que ocurriera de manera natural en una población general de este tamaño y es similar a la de otras vacunas autorizadas enfrente de la Covid-19".