Desde que la pandemia de la COVID-19 irrumpió en nuestras vidas, la incertidumbre que se ha generado ha provocado un aumento de determinados trastornos como la ansiedad, la depresión o las fobias. El miedo al contagio, sumado al confinamiento y a la crisis económica que ha producido, y que se agravará en los próximos meses, puede provocar que los pensamientos obsesivos y negativos se multipliquen. Y pueden llegar a ser muy difíciles de controlar, dominando en cierta manera la vida de los afectados.
Aunque tener pensamientos negativos es algo bastante recurrente a lo largo de la vida y es normal que surjan ante determinadas circunstancias complicadas, en ocasiones puede derivar en un trastorno. Pensar que todo va a salir mal, que no hay salida, que uno está condenado al fracaso u obsesionarse con miedos específicos como la idea de que algo malo le sucederá a su familia o en sucesos catastróficos, puede derivar en el desarrollo de comportamientos compulsivos que provocan que las personas se vuelven a veces incapaces de pensar en otra cosa que no sea su miedo.
Cuando ocurren de esta manera tan frecuente y causan una tristeza profunda en la vida de una persona, se debe acudir a un profesional para que lleve a cabo el tratamiento correspondiente. Pero antes de llegar a este extremo, podemos seguir una serie de consejos para tratar de lidiar con estos pensamientos.
Buscar distracciones en el día a día
Ha sido difícil en estos días distraerse de las noticias que llegaban día tras día debido a la gran cantidad de afectados. Pero también es cierto que actividades como leer un libro, hacer ejercicio o cualquier otra afición puede ayudar a distraerse de esta situación y resultar muy positivo.
Encontrar cuáles son los desencadenantes
Generalmente, los pensamientos obsesivos se desencadenan cuando se escucha una noticia, se habla con una persona en concreto, se escucha una música determinada, se saca un tema para conversar en concreto… Uno de los principales logros para las personas que tienen este tipo de pensamientos es encontrar cuál es exactamente lo que desencadena la situación y así evitarlo cuando se pueda.
Hacer alguna actividad en la calle
Si una persona está en casa y, de repente, le asaltan pensamientos negativos, un buen consejo es salir e intentar hacer algo que pueda distraer, como hacer unas compras o simplemente pasear. Una caminata por una zona verde puede resultar muy adecuada.
Mindfulness
Aunque la meditación y el mindfulness pueden no ser útiles para todo el mundo, las personas que tienen permanentemente pensamientos que les obsesionan pueden beneficiarse de estas técnicas cuyo objetivo es tratar de mantener la mente en blanco.