Un total de doce especialistas independientes en medicina y cirugía de la obesidad pediátrica y juvenil, han redactado un informe en la revista Obesity en el que señalan la necesidad urgente de avanzar en el uso de farmacoterapia para la obesidad en adolescentes.
Teniendo en cuenta que casi uno de cada cinco jóvenes en el mundo presentan este problema, los expertos creen que los medicamentos para perder peso podrían ser una opción muy efectiva de tratamiento. Sobre todo en aquellos casos en los que existe un fracaso repetitivo después de adoptar otras medidas. “Hay una población emergente de adolescentes atrapados entre la terapia de modificación del estilo de vida y la cirugía bariátrica para la cual la farmacoterapia contra la obesidad puede ser útil”, señalan los autores de este escrito que supone sin duda un gran avance en lo que a obesidad juvenil se refiere.
La autora principal del estudio es Caroline Apovian, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y directora del Programa de Investigación de Nutrición y Control de Peso de esta institución. Ella, junto al resto de expertos, revisa los datos publicados sobre la farmacoterapia para la obesidad pediátrica y aborda los riesgos de prescribir a los jóvenes medicamentos para la obesidad que están aprobados para adultos. También recomiendan que los medicamentos para la obesidad para adolescentes sean recetados solo por expertos en un entorno de equipo interdisciplinario con un seguimiento continuo y abogan por más recursos de investigación para ensayos de intervención farmacológica en jóvenes.
La obesidad pediátrica está relacionada con malos indicadores de salud tanto en la juventud como en la edad adulta, como diabetes, apnea del sueño, enfermedad hepática, presión arterial alta, problemas musculares y óseos, enfermedades cardíacas y problemas de salud mental. La obesidad durante la adolescencia puede incluso predecir la probabilidad de que un individuo muera de diabetes a los sesenta años. Los tratamientos comunes para la obesidad en los adolescentes incluyen intervenciones de estilo de vida y cirugías de reducción de peso, pero, según los autores, los medicamentos para la pérdida de peso están infrautilizados.
En el ámbito de la obesidad pediátrica y adolescente no existen pautas oficiales para ayudar a los médicos a saber tratar farmacológicamente a los pacientes de una manera adecuada y, desde luego, no en la misma medida que en los adultos. Y eso que si las intervenciones se realizaran durante estas edades se ahorrarían muchos problemas futuros.
En el artículo, los autores piden orientación sobre las mejores prácticas y las últimas investigaciones con evidencia demostrada en el uso de medicamentos y revisan diez medicamentos para este propósito. Y aunque recuerdan que prescribir una alimentación saludable y ejercicio aún debe ser considerada como la primera intervención y la más importante, no por ello hay que descartar los fármacos, pues es evidente que hay muchos casos de fracaso continuado.
Los adolescentes con obesidad severa o aquellos que tienen afecciones médicas relacionadas con la obesidad serían candidatos apropiados para los medicamentos para bajar de peso, y los pacientes y los miembros de la familia deberían participar activamente en las decisiones para comenzar a tomar medicamentos, siendo plenamente conscientes de los posibles riesgos y beneficios.