La OMS ha reconocido la fibromialgia como una enfermedad de causa desconocida que se caracteriza por dolor crónico generalizado que se prolonga más de tres meses y se localiza en el aparato locomotor. Según explica la Sociedad Española de Reumatología, cuenta además con puntos de dolor excesivo. Además del dolor, la fibromialgia presenta otros síntomas como la fatiga intensa, alteración del sueño, parestesia en extremidades, depresión, ansiedad, rigidez articular, cefaleas y sensación de tumefacción en las manos.
Una nueva investigación del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College London, en colaboración con la Universidad de Liverpool y el Instituto Karolinska, ha demostrado que muchos de los síntomas del síndrome de fibromialgia son causados por anticuerpos que aumentan la actividad de los nervios sensibles al dolor en todo el cuerpo. Los resultados muestran que la fibromialgia es una enfermedad del sistema inmunológico, en lugar de la opinión actual de que se origina en el cerebro.
El estudio, publicado en el Journal of Clinical Investigation, demuestra que el aumento de la sensibilidad al dolor, la debilidad muscular, la reducción del movimiento y la reducción del número de pequeñas fibras nerviosas en la piel que son típicas de la enfermedad, son todas consecuencia de los anticuerpos del paciente.
Los investigadores inyectaron a ratones con anticuerpos de personas que viven con fibromialgia y observaron que los ratones desarrollaron rápidamente una mayor sensibilidad a la presión y al frío, además de mostrar una fuerza de agarre de movimiento reducida. Por el contrario, los ratones a los que se les inyectaron anticuerpos de personas sanas no se vieron afectados, lo que demuestra que los anticuerpos del paciente causan, o al menos son un contribuyente importante a la enfermedad.
En la investigación, los ratones inyectados con anticuerpos contra la fibromialgia se recuperaron después de unas pocas semanas, cuando los anticuerpos se habían eliminado de su sistema. Este hallazgo sugiere fuertemente que las terapias que reducen los niveles de anticuerpos en los pacientes probablemente sean tratamientos efectivos. Estas terapias ya están disponibles y se utilizan para tratar otros trastornos causados por autoanticuerpos.
El Dr. David Andersson, investigador principal del estudio afirma: “Las implicaciones de este estudio son profundas. Establecer que la fibromialgia es un trastorno autoinmune transformará la forma en que vemos la afección y debería allanar el camino para tratamientos más efectivos para los millones de personas afectadas. Nuestro trabajo ha descubierto un área completamente nueva de opciones terapéuticas y debería brindar una verdadera esperanza a los pacientes con fibromialgia”.