Tendrá que pasar tiempo para que podamos analizar las consecuencias en las personas de todo lo que estamos viviendo en este 2020. Lo principal, la Covid-19, que ha cambiado radicalmente nuestras vidas hasta un punto que nos hubiera parecido imposible hace un año. Pero la tensión social afecta a otras esferas de la vida, lo que está provocando un aumento de la ansiedad y el estrés que reflejan ya números estudios en todo el mundo.
¿Las causas? Pues parecen fáciles de descifrar: solamente el hecho de haber vivido un confinamiento –un hecho inaudito en la vida de esta generación–, junto con la distancia social, la imposibilidad de ver a muchos seres queridos durante mucho tiempo, las precauciones y medidas que tenemos que tomar para evitar los contagios. Por estos motivos, hablar de la necesidad de mantener la calma y procurar relajarnos parece una tarea imposible, pero no por ello tenemos que dejar de intentarlo de alguna manera. Estos son cinco consejos para lograrlo.
No estar todo el día pegado a las noticias
Es verdad que es importante estar informado, pero de ahí a estar todo el día pendiente de cómo va el recuento en Wisconsin como si nos fuera la vida en ello, va un trecho. Hay tensión informativa y por ello debemos informarnos de lo necesario y ya está. Porque se puede volver adictivo. Basta con mirarlas dos ó tres veces al día, no cada cinco minutos.
Concentrarnos en lo que podamos cambiar
En este año 2020 hay muchas cosas que no podemos cambiar. La llegada de la COVID-19 a nuestras vidas nos ha obligado a cambiar nuestras vidas, pero eso no quiere decir que no haya facetas del día a día que sí podamos controlar. Por ejemplo, hacer ejercicio, crearse una rutina en el día a día, llamar a nuestros seres queridos. Concentrarnos en estos temas puede ayudarnos a afrontar la realidad.
Pensar en positivo en la medida de lo posible
Sí, es verdad lo que dicen muchos que probablemente el coronavirus ha venido para quedarse en nuestras vidas, pero no como este año. Los avances científicos y médicos permitirán desarrollar una vacuna y algún tratamiento efectivo más pronto que tarde, y poco a poco podremos volver a recuperar ciertas rutinas aunque con algunas modificaciones.
Dormir bien
Es fundamental. De hecho dormir mal es uno de los mayores estresores que existen y perjudica nuestra salud y estado mental. Hay que irse pronto a la cama por la noche y procurar dormir las horas necesarias para sentirse al día siguiente con la energía suficiente para afrontar la jornada.
Hacer todo los días al menos 30 minutos de ejercicio en la calle
Es verdad que en casa se puede hacer actividad física, pero la relación con el exterior, tomar el aire y aunque sea ver de lejos a otras personas, tiene unos efectos muy beneficiosos sobre cualquier de nosotros.