El primer país que ha decidido cambiar la segunda dosis de AstraZeneca por una de Pfizer o Moderna es Francia. A las 10h, la Haute Autorité de Santé (HAS) hará oficial esta decisión apoyada por el gobierno de Emmanuel Macron. Este cambio, sin embargo, tan sólo se aplicará a los menores de 55 años y afecta a 600.000 franceses.

El ministro de Salud, Olivier Veran declaró ayer que era la respuesta "más lógica" siguiendo los criterios de edad recomendados para inocular con AstraZeneca: "Es coherente. Si habéis recibido una primera inyección y tenéis menos de 55 años, recibiréis otra de ARN mensajero". Y tranquilizó a los franceses interesados asegurando que tendrán "su dosis a tiempo".

Esta decisión se ha tomado porque el tiempo juega en contra. El periodo recomendado entre las dos dosis de AstraZeneca va de nueve a doce semanas. Precisamente, este sábado se cumplirán las nueve semanas para buena parte de los vacunados en primera ronda, mayoritariamente profesionales de la salud.

Centro de vacunación en Nogent-sur-Marne, cerca de París, Francia / Fuente: EFE

¿Qué riesgo hay?

Este giro en la estrategia se llama "primer impulso" y avala el uso de dos productos diferentes: "Es evidente que no podemos darles una segunda dosis de AstraZeneca, ya que está suspendida para los menores de 55 años. También creo que la HAS emitirá esta recomendación y probablemente funcionará lo suficientemente bien, sobre todo porque sabemos que no hay una toxicidad especial para las vacunas de ARNm ", indica el inmunólogo Stéphane Paul, miembro del Comité de vacunas de la Covid-19. Además, también aseguran que no se pierde la eficacia de la primera dosis y no hay estudios que indiquen que eso puede suponer un peligro para la salud de los vacunados: "A priori, no hay riesgo porque empezamos por vacunas ya existentes y sobre las cuales ya ha habido mucha investigación", subraya Paul.

De todos modos, los estudios sobre esta mezcla todavía están pendientes de ser evaluados y los primeros que se han puesto en marcha provienen del Reino Unido. Francia considera que no choca con la EMA, ya que esta agencia europea marca pautas de recomendaciones e, incluso en este caso, no ha definido un criterio específico. Esta estrategia la podrían seguir otros países. A modo de ejemplo, Catalunya, donde hay 200.000 personas en la misma situación.

La subdirectora general de Promoción de la Salud, Carmen Cabezas, ha marcado tres posibles caminos: "Seguir con ella, buscar otro tipo de vacuna —y ya se están haciendo estudios— o alargar el periodo en que ponemos la segunda para acabar de analizarlo", ha dicho en declaraciones a Catalunya Ràdio. Y ha enviado un mensaje: Que estén tranquilos los que tienen pendiente la segunda dosis de AstraZeneca, porque ya están mucho más protegidos que sin la primera. Ahora, nosotros lo estamos estudiando y espero la semana que viene decir qué haremos con la segunda".

Foto principal: el presidente francés, Emmanuel Macron, en el Eliseo