En su libro El ocaso de los ídolos, el filósofo y poeta alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche pronuncia una célebre frase que ha cuajado con éxito en el acervo popular: “lo que no me mata me hace más fuerte”. Pues bien, la máxima del pensador germano tiene más enjundia de lo que parece.
Un equipo de científicos de la Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern –una institución volcada en comprender las condiciones que conducen al éxito y al fracaso científico en la vida de una persona– ha establecido una relación causa-efecto entre el fracaso y el éxito futuro.
Para llevarlo a cabo, los expertos emplearon análisis avanzados para evaluar la relación entre el fracaso profesional y el éxito de los científicos jóvenes. En contraste con sus expectativas iniciales, encontraron que el fracaso temprano en la carrera lleva a un mayor éxito a largo plazo para aquellos que lo intentan nuevamente. Al parecer, los que fracasan temprano tienen una alta tasa de abandono, pero para los que siguen, se desempeñan mucho mejor a largo plazo.
El estudio lleva por nombre ‘Retroceso en la carrera temprana e impacto futuro en la carrera’. Ha sido publicado en la revista Nature Communications y analiza el papel del fracaso en la vida de una persona y en sus proyectos profesionales.
Los investigadores analizaron en Estados Unidos los registros de los científicos que, al principio de sus carreras, solicitaron subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud americanos entre 1990 y 2005. Para llevarlo a cabo clasificaron a las personas en dos grupos. En el primero de ellos, aquellos que no reunían los puntos suficientes para recibir la subvención. El segundo, formado por los que presentaban los puntos justo por encima de ese umbral.
A continuación se analizó cuántos documentos publicó cada grupo durante diez años y cuántos de esos documentos resultaron ser aciertos. El análisis reveló que las personas en el grupo de los que les faltaban puntos recibieron menos fondos, pero publicaron la misma cantidad de documentos y más artículos exitosos que las personas en el grupo que sí había logrado los puntos. En concreto, el primero grupo tenía un 6,1% más de probabilidades de publicar un documento exitoso en los próximos 10 años en comparación con los científicos del grupo recién hecho.
Después de probar una serie de distintas posibles explicaciones para el éxito a largo plazo del grupo cercano que no alcanzó los puntos necesarios para la subvención, los investigadores llegaron a la conclusión de que existe un gran valor en el hecho de convertir un fracaso en algo positivo, aunque no es el único factor que explica el éxito de las personas.
Según los investigadores, “acabamos de comenzar a expandir esta investigación a otro tipo de situaciones”. En este sentido, están comprobando cómo este tipo de circunstancias se pude repetir de forma frecuente en otros ámbitos y no sólo en el profesional.