Durante el transcurso del último Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología se ha presentado un estudio piloto que revela que la depresión puede predecirse con una precisión del 90% si se analiza la frecuencia cardíaca de una persona durante 24 horas.

Este nuevo hallazgo, al que le queda mucha investigación adicional por delante, puede resultar muy útil para el diagnóstico de la depresión y el desarrollo de los tratamientos más adecuados.

Frecuencia cardíaca y ketamina

Recientemente, en los Estados Unidos se aprobó el uso de ketamina como tratamiento para determinados padecimientos de depresión. La razón no es otra que estudios previos han demostrado que pacientes con depresión severa han sufrido una rápida mejoría de los síntomas tras recibir ketamina administrada por un médico.

Asimismo, la eficacia de la ketamina está sirviendo para que tengan lugar nuevas investigaciones que exploren maneras de detectar la depresión. Y uno de esos métodos implica estudiar la frecuencia cardíaca.

Monitor de frecuencia cardíaca

Desde el equipo de investigación alemán que ha llevado a cabo el estudio citado en el inicio, reconocen que sabían que existía alguna vinculación entre la frecuencia y los trastornos psiquiátricos, pero que no conocían de qué se trataba y, aún más, si tendría o no alguna relevancia médica.

En palabras de Carmen Schiweck, la responsable del grupo de científicos, “en el pasado, los investigadores habían demostrado que los pacientes deprimidos tenían frecuencias cardíacas consistentemente más altas y una variabilidad de la frecuencia cardíaca más baja. Pero debido al tiempo que lleva tratar la depresión, había sido difícil hacer un seguimiento y relacionar cualquier mejora con la frecuencia cardíaca. Pero cuando nos dimos cuenta de que la ketamina conduce a una mejora rápida del estado de ánimo, supimos que podríamos usarla para comprender el vínculo entre la depresión y la frecuencia cardíaca”.

El estudio

Los investigadores utilizaron la rápida eficacia de la ketamina para evaluar la relación entre la frecuencia cardíaca y la depresión. Para ello, reclutaron a 16 personas con trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento y a 16 personas sanas para que actuaran como grupo de control. A los participantes se les midió la frecuencia cardíaca durante 4 días y 3 noches. La mitad de los participantes con depresión recibieron ketamina, mientras que la otra mitad recibió un placebo.

Los resultados fueron claros. Descubrieron que las personas con depresión tenían tanto una frecuencia cardíaca inicial más alta como una variación de frecuencia cardíaca más baja, tal y como esperaban. Los científicos comprobaron que los pacientes deprimidos tenían una frecuencia cardíaca que era aproximadamente de 10 a 15 latidos por minuto más alta que en los del grupo de control.

Tras el tratamiento, volvieron a medir la frecuencia cardíaca y descubrieron que tanto la frecuencia como la fluctuación de la frecuencia cardíaca de los pacientes previamente deprimidos habían cambiado para acercarse más a las de los del grupo de control.

Mujer deprimida

En opinión de los autores, su estudio piloto sugiere que con solo medir la frecuencia cardíaca durante 24 horas, pueden saber con un 90% de precisión si una persona está deprimida o no. Los investigadores también encontraron que la frecuencia cardíaca de los participantes con depresión se mantuvo elevada durante la noche, cuando por lo general se reduce. Además, aquellos con frecuencias cardíacas en reposo más altas respondieron mejor al tratamiento con ketamina.

Esto podría significar que el diagnóstico y el tratamiento podrían ser de ayuda mediante el análisis de la frecuencia cardíaca de cualquier persona que presente síntomas de depresión. Por último, aunque la investigación es prometedora, los autores del estudio advierten que aún se encuentra en sus primeras etapas y que precisa de más desarrollo haciendo un seguimiento de los pacientes deprimidos y en remisión. De esta manera podrían confirmar si los cambios que se ven se pueden utilizar como un sistema de alerta temprana.