Mientras las tasas de diabetes y de hipertensión no dejan de crecer y se han convertido en un problema de salud pública de primer orden, un equipo de científicos acaban de encontrar un elemento clave para luchar contra estas dos dolencias, la fibra.
La investigación, que se presenta en la Conferencia de Oriente Medio 2019 y que ha sido liderada por el Colegio Americano de Cardiología, ha demostrado que aquellas personas que padecen la presión arterial alta y diabetes tipo 2, pueden reducir significativamente los perjuicios de estas enfermedades incorporando la fibra a su alimentación habitual.
La investigación
Durante el estudio, los expertos proporcionaron a los pacientes una dieta que incluía información acerca de los diferentes alimentos recomendados y sus cantidades. Se realizaron controles de salud al principio de la investigación y a los 3 y 6 meses. Los participantes consumieron entre 1.200 y 1.500 calorías y , si la cantidad diaria recomendada de fibra es de aproximadamente 30 gramos, ellos decidieron incrementarla en un 25% para comprobar sus resultados.
Durante 6 meses, la dieta alta en fibra mejoró varios factores de riesgo cardiovascular: se produjo un 9% de reducción en los niveles de colesterol malo, un 23% de reducción en los triglicéridos, un 15% de la presión arterial sistólica y un 28% en los niveles de azúcar en sangre en ayunas. Se trata sin duda, según los investigadores, de unas cifras muy considerables.
Los especialistas que han participado en la investigación señalan como una de las razones el hecho de que la fibra es un excelente alimento para las bacterias intestinales saludables, el microbioma. Las bacterias digieren la fibra en fragmentos llamados ácidos grasos de cadena corta que mejoran el metabolismo de los lípidos, reducen el colesterol, ayudan a controlar el azúcar en la sangre y reducir la inflamación.
Es importante tener en cuenta que la fibra es una sustancia que está presente las plantas y que resiste la digestión y absorción en el intestino delgado y fermenta en el grueso. Existen dos tipos, la soluble y la insoluble y es esencial para una buena salud. La mejor forma de incrementar su consumo es aumentando la cantidad de fruta y verdura en la alimentación. En la piel de estos alimentos se encuentra la mayor parte de esta sustancia, por eso es importante consumirlas sin pelar siempre que sea posible.
Eso sí, cuando se incrementa su consumo, se debe al mismo tiempo aumentar el de agua durante el día, porque si no puede causar molestias y estreñimiento. Los alimentos con mayor presencia son, en el caso de la fibra insoluble, la harina de trigo, el salvado, los cereales en general, las frutas muy maduras, los guisantes, el repollo y los tubérculos. En cuanto a los ricos en fibra soluble destacan la avena, las judías, las legumbres en general, las ciruelas, las zanahorias o los cítricos.