Todos hemos escuchado muchas veces decir que alguien es solamente fumador social. O que fuma tan poco que un paquete puede durarle cuatro o cinco días. Quienes lo afirman, creen que el tabaco en pequeñas dosis apenas les hace daño a la salud. Al fin y al cabo, unos pocos cigarrillos al día o el hecho de fumar solo cuando salen de cena o a tomar unas copas alguna noche, no debería tener apenas repercusión sobre la salud de quien consume tan escasa nicotina.
Sin embargo, en un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Columbia y que ha sido publicado por la prestigiosa revista The Lancet, se ha llegado a la conclusión de que los que fuman cinco cigarrillos al día están causando casi tanto daño a su salud como los que consumen 30.
El estudio
El equipo de Columbia estudió la función pulmonar de 25.000 adultos, entre los que se encontraban personas que no habían fumado nunca, fumadores y exfumadores.
Según los investigadores, los hallazgos de su trabajo desvelaron que el daño pulmonar que sufren los grandes fumadores tarda en desarrollarse 9 meses, mientras que el mismo daño se instala en los pulmones de quienes fuman no más de 5 cigarros diarios en un solo un año. Un hecho, que a buen seguro ninguna persona podría haber sospechado a priori. Los científicos desvelan en el trabajo que cuando se consume un cigarrillo, se liberan cerca de 7.000 sustancias químicas, de las que 69 son consideradas como cancerígenas.
Los científicos de la universidad norteamericana declararon que pese a que en los últimos años las tasas de tabaquismo han caído sustancialmente, el número de muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ha aumentado hasta convertirse en la tercera causa de mortalidad en el mundo. Un dato que revela el impacto negativo y el riesgo que tiene la abundancia de los llamados fumadores sociales.
Las cifras del impacto nocivo del tabaco en la salud son llamativas. En los EE.UU. alrededor de medio millón de personas fallece por su causa. Además, más de un 4 por ciento de la población norteamericana sufre una enfermedad relacionada con el tabaquismo y alrededor casi 35 millones de adultos son fumadores.
Los químicos del tabaco causan daño a las células dentro de los pulmones. Cuando las células lesionadas se inflaman e hinchan, el cuerpo intenta reparar el daño. Durante ese proceso, el tejido pulmonar normal y sano puede descomponerse al mismo tiempo que el cuerpo intenta reparar el daño causado por fumar.
La nicotina es uno de los mayores tóxicos que se encuentran en los cigarrillos, tanto es así que no es casualidad que se trate de una sustancia que también forma parte de los insecticidas. Puede causar daño a las células de los pulmones y, sobre todo, a las que ayudan a eliminar la mucosidad de los paredes de los órganos encargados de la respiración.
Que la mucosidad no se elimine adecuadamente, puede causar daños dentro de los pulmones solo por el contacto directo y también sirve como un buen lugar para que las bacterias y las infecciones se muevan a sus anchas. Las frecuentes infecciones aceleran una reducción de la función pulmonar, además del daño directo que causan la nicotina y el humo del tabaco.