La adrenalina es una hormona y un neurotransmisor que se segrega en situaciones de peligro, real o percibido, y que provoca que el corazón bombee más rápido, la respiración se acelere y los músculos se tensen, con el objetivo de preparar al organismo a enfrentarse a la amenaza o huir de ella. El mecanismo de acción es ampliamente conocido, pero hasta ahora se desconocían los mecanismos moleculares precisos por los que la adrenalina estimula la función cardíaca.
El misterio ha quedado resuelto gracias a una investigación de expertos de las Universidades de Harvard y de Columbia que han descubierto que la adrenalina regula un tipo decisivo de proteínas de la membrana, llamadas rad, que son las responsables de iniciar la contracción de las células del corazón. Cuando estas células se exponen a un medicamento que imita la acción de la adrenalina, se produce una mayor actividad y unos latidos más fuertes en el corazón.
La investigación ha sido publicada en la revista Nature y, aunque a primera vista a muchos no les resulte importante, lo cierto es que abre la puerta a la creación de fármacos cardiovasculares efectivos y potencialmente más seguros que los betabloqueantes, una clase de medicamentos ampliamente recetados que bloquean los efectos de la adrenalina para abordar problemas cardiovasculares como la hipertensión. Teniendo en cuenta las altas cifras de incidencia y mortalidad por este tipo de patología, el estudio es sin duda un gran descubrimiento que puede cambiar la vida de muchas personas.
Los canales de calcio en el corazón son fundamentales para la contracción del musculo cardiaco. En circunstancias normales funcionan de manera eficiente, con la ayuda de la proteína rad, encargada de regular su funcionamiento. Ante un peligro, libera este freno de mano para que estos canales se abran más rápido y el corazón bombee más. De hecho, gracias a una técnica llamada proteómica de proximidad, los expertos pudieron identificar que solo la proteína rad mostró un cambio importante en los niveles después de la exposición a la adrenalina.
A continuación, recrearon este sistema. Cuando las células y los canales de calcio fueron expuestos a un medicamento similar a la adrenalina, la actividad del canal de calcio aumentó dramáticamente, en lo que se ha convertido en el primer ensayo de este tipo. Los resultados permiten abordar nuevos enfoques terapéuticos, como, por ejemplo, interrumpir la interacción entre la proteína rad y el canal de calcio para mejorar la función cardíaca al aumentar el flujo de calcio hacia las células.
Por el contrario, bloquear los cambios en la proteína podría convertirse en una alternativa para reducir la entrada de calcio al corazón. Es decir, un mecanismo simple que llevaba 40 años sin resolverse puede ser la clave para mejorar en pocos años el tratamiento para las enfermedades cardiovasculares.