El Prat, de Tona, es una de las residencias catalanas donde se ha vivido una situación crítica por el coronavirus. El Departament de Treball, Afers Socials i Famílies ha decidido intervenir desde este viernes el centro, que había perdido el grueso de la plantilla, incluida la directora, por contagio del virus.
Aunque la empresa gestora había intentado reconducir la situación en las últimas horas, con la contratación de nuevo personal y la incorporación de una nueva dirección, el Govern ha acabado optando por la intervención.
La residencia se encuentra al límite: una parte significativa del personal estaba, y está, de baja, y "no se garantizaban las necesidades básicas de los residentes", como dice el acta de inspección del Departament. También refleja el "caos organizativo" existente, fruto, probablemente, de la inexistencia de dirección técnica así como de la "falta de medidas de protección" con que el personal tenía que desarrollar sus tareas. En definitiva, una situación crítica a la que, según el equipo de gobierno municipal, "no se tendría que haber llegado nunca".
Desde el domingo pasado por la tarde, cuando se tuvo conocimiento de la grave situación que se vivía en la residencia privada Hotel Prat, y especialmente desde el día siguiente, lunes, cuando esta se pudo constatar, y se transmitió al consistorio "la angustia y sufrimiento" de las familias y de las profesionales que todavía continuaban en el centro, se iniciaron las actuaciones para darles apoyo inmediatamente.
En la residencia hay una quincena de internos aislados por Covid-19 y en la última semana han muerto dos personas afectadas por el virus.
"La intervención llega demasiado tarde"
El Ayuntamiento de Tona ha agradecido la intervención de la Generalitat de Catalunya de la residencia privada Prat para solucionar la situación "límite" vivida en los últimos días por la gran afectación del coronavirus entre el personal y los residentes. Aun así, considera que la intervención "llega demasiado tarde" y recuerda que el consistorio lo ha estado pidiendo desde el lunes pasado por la mañana, horas después de tener conocimiento de la grave situación en que se encontraba la residencia.
El lunes 30 de marzo, en base a estas indicaciones, el Ayuntamiento de Tona asumió, por los medios propios y, sobre todo, gracias al voluntariado, el apoyo necesario y la base organizativa para garantizar la atención mínima y necesaria de los ancianos.
Mientras tanto, se continuó en contacto permanente con la Generalitat. Desde el ayuntamiento se insistió en la necesidad de hacer una inspección inmediata por parte de las autoridades y de adoptar unas medidas claras con el fin de revertir una situación "insostenible".