Un equipo de investigación liderado por el Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha generado un nuevo modelo animal para estudiar la enfermedad de Parkinson antes de que aparezcan síntomas motores y mecanismos moleculares previos a la muerte neuronal. Según ha informado la UAB, el nuevo modelo se ha llevado a cabo mediante el gusano Caenorhabditis elegans RAC1/ced10, en el que han podido detectar el periodo vital en que empieza la patología y seguir el proceso de acumulación de la proteína que la provoca.
Unos síntomas que aparecen tarde
Los síntomas más evidentes en la enfermedad de Parkinson, que son los motores, aparecen cuando la enfermedad hace años que se desarrolla y el daño cerebral no se puede revertir. Por eso, conocer el desarrollo de la enfermedad en las etapas tempranas puede ser de gran ayuda a la hora de hacer un diagnóstico precoz y buscar tratamientos que puedan frenar la neurodegeneración a tiempo. Las personas con Parkinson presentan inicialmente síntomas no motores, seguidos de síntomas motores, regulados respectivamente por los neurotransmisores GABA (inhibidor principal del sistema nervioso central) y la dopamina. Ambas sintomatologías van ligadas a la acumulación de la proteína alfa-sinucleína en el sistema nervioso, que provoca la muerte de las neuronas, sobre todo de las que secretan dopamina (dopaminérgicas).
Los modelos animales disponibles hasta ahora, según la universidad barcelonesa, "no facilitan" el estudio de la enfermedad de Parkinson en los estadios preclínicos "por su complejidad y largo ciclo vital". El proyecto, coordinado por la doctora Esther Dalfó, investigadora del Institut de Neurociències de la UAB (INc-UAB), ha demostrado que el nuevo modelo animal presenta síntomas no motores muy iniciales que dependen de los neurotransmisores GABA. Este descubrimiento corrobora la hipótesis de que el metabolismo de los lípidos tiene un papel esencial en el desarrollo de la enfermedad.
Las ventajas del gusano que se estudia
"El Caenorhabditis elegans RAC1/ced10 es ideal para estudios de neurodegeneración, porque tiene un tiempo de vida corto, de 15 a 20 días. Eso hace que no sea costoso hacer un seguimiento de todo el proceso y su sistema nervioso es tan sencillo que nos permite seguir todos los cambios que tienen lugar", ha explicado la doctora Dalfó. Otra ventaja de este animal es que sus principales vías lipídicas son las mismas que las de los humanos, y los investigadores han observado que, en comparación con el gusano sano, en etapas tempranas el gusano transgénico presenta cambios en las proporciones de los tipos de grasas en el organismo. "El nuevo modelo que hemos generado abre una ventana en busca de las etapas tempranas de la enfermedad de Parkinson y otros de similares antes de llegar a la muerte neuronal, y permitirá investigar fármacos que puedan ayudar a pararlas antes de que sea demasiado tarde," ha concluido Dalfó.