Llega el verano, y con ello la tranquilidad de las vacaciones. Pero no para todos. En los hospitales y en los centros de atención primaria de Catalunya, estos meses serán más estresantes que otros años, porque la Consellería de Salud ya ha advertido que habrá "ajustes" en las plantillas, las cuales no se reforzarán a pesar de las bajas previstas de la plantilla. Una decisión que ha generado una contundente reacción de la comunidad sanitaria, que ha condenado los "recortes", mientras que el Departamento se ha intentado escudar alegando que esta situación se enmarca en la normalidad del sector. ElNacional.cat entrevista a Glòria Jodar, decana del Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Cataluña, para saber cuál será exactamente la realidad en los centros sanitarios.
Este verano se prevén ajustes en las plantillas sanitarias. ¿Las preveíais? ¿Fueron avisadas con tiempo?
No, prevemos que fuera un verano totalmente normal, no lo teníamos previsto. Además, las vacaciones de verano de los profesionales se tienen que otorgar entre abril y mayo, de manera que en mayo se tiene que saber para poder organizarnos. El que sí que estaba previsto, como cada año, es que en verano haya pocos recursos y menos profesionales, porque nunca se cubren las vacaciones por el volumen de profesionales que se marchan, de aproximadamente el 50% de la plantilla. En este contexto, el refuerzo de verano es imprescindible.
En todo caso, Salud ya ha dicho que durante el verano todo el mundo que lo necesite será atendido, y que solo se aplazarán aquellas cirugías no urgentes. ¿Prevéis que sea así, o podría tener un efecto mayor?
Si Salud dice que se atenderán todas las personas, está pensando en los enfermos agudos. Evidentemente que, si alguien se hace un corte, o le pica una medusa, o se tuerce un tobillo, será atendido. Los servicios de urgencias estarán abiertos y la atención inmediata en los centros se dará. Pero en verano no hagamos solo a estas visitas inmediatas. Si Salud cree que en verano, con la mitad de la plantilla de vacaciones, podremos atender a todo el mundo bien es que no tiene clara cuáles son las necesidades de las personas. Hay gente con problemas de salud que necesitan control y seguimiento constante, y será más difícil atenderlos. Además, cuando cierras camas y dejas de hacer intervenciones programadas, todo este volumen de personas acaba incremento la presión sobre la atención primaria: si alguien está esperando una prótesis de rodilla y la reprograman ahora para octubre, esta persona con dolor vendrá mientras tanto al CAP. Así que si ajustas las plantillas a los hospitales, pero haces exactamente lo mismo a la primaria, me incrementas la presión. Es la antiplanificación.
¿Cuál es esta tipología de persona enferma que se verá más perjudicada?
Hay mucha persona que vive sola, pacientes frágiles o de final de vida, hay problemas crónicos que se agudizan por el calor, insuficiencias cardiacas en personas mayores, o cuidados a domicilio de control de llagas, quemaduras o heridas... Son personas que necesitan controles y seguimientos. Cuando las enfermeras se marchan de vacaciones, ya dejan planificado como se organizarán estos cuidados diarios. Nosotros ya cortamos mucha actividad en verano, pero todo nos ha trastocado bastantes cosas. Ya teníamos toda la planificación hecha, y ahora hace unos 15 días nos han dicho que no podemos contratar nueva plantilla. Nosotros pedimos unos refuerzos, que de hecho ya son pocos, pero que sirven para cubrir las necesidades y dejarlo todo controlado.
¿Cómo es este refuerzo que pedís?
Este refuerzo de verano no entrará o se tendrá que reformular de otra manera. De hecho, en algunos casos era incluso para cubrir plazas estructurales en verano que faltan todo el año, porque hay muchos equipos de atención primaria que tienen un número de dotaciones de enfermeras inferior a lo que tendrían que tener. El último estudio del Institut Català de la Salut ya decía que en todos los equipos de atención primaria en Catalunya hay que incrementar entre una y dos enfermeras más, de media. Entonces, todas estas carencias ya se cubren a menudo con el refuerzo de verano. ¿Pero qué pasa al verano si estructuralmente ya no estás bien, y a más mujeres vacaciones a un 50% de la plantilla? El refuerzo lo necesitas sí o sí, y si encima no podemos contratar, todo se complica.
¿De qué cifras estamos hablando?
De los 319 equipos que hay en los centros de atención primaria, si este verano se deja de contratar a dos enfermeras por equipo, habría al menos 638 enfermeras menos que el año pasado. Y faltaría sumar los hospitales, donde faltarán centenares de enfermeras más.
¿Habéis comunicado estas demandas a la Generalitat?
Lo que hemos comunicado es que hay que prestar mucha atención con lo que necesita cada equipo de atención primaria en base a sus necesidades. Tiene que haber autonomía de gestión, porque cada equipo sabe si necesita a dos enfermeras, un médico o una comadrona de refuerzo. Lo que no puedes hacer es un comunicado igual para todos diciendo que no se puede contratar nadie. En mi caso, por ejemplo, hemos discutido con los directores superiores que tenemos presupuesto y no vemos por qué no podemos contratar a alguien. Dar una cifra global es complicado, pero los refuerzos que se piden son entre dos o tres profesionales por equipo. Depende de cada caso, pero no estamos hablando de un gran volumen de contratación.
Hablando de presupuestos, Salud intenta justificar esta situación en verano precisamente por la prórroga presupuestaria. ¿Compráis este relato?
¿Si los presupuestos están prorrogados ya se sabe que en verano tiene que haber dinero para que la gente pueda disfrutar de sus vacaciones, no? Además, este tema afecta al Institut Català de la Salut. A mí no me consta que haya pasado igual lo mismo en el ámbito del SISCAT. Por lo tanto, el dinero tiene que ser, y si no se tienen que encontrar.
La Conselleria de Salud dice que no son "recortes".
Claro, simplemente dice que no se permiten estas contrataciones eventuales. Pero se tiene que tener en cuenta cada realidad, porque hay equipos de atención primaria con profesionales que están en bajas de larga duración, y todo eso se está cubriendo con un suplente, si es que se cubre. O equipos con trabajadoras que tienen más de 60 años y tienen otro ritmo de trabajo, de manera que en verano no pueden hacer el trabajo de tres enfermeras. Cada equipo tiene realidades muy concretas, y por eso es importante la autonomía de gestión de cada equipo y que cada dirección disponga de un presupuesto para ajustarlo a sus necesidades. El que no pueden es decirnos 'No contrates'. Si llevo bien mi presupuesto de equipo, tengo que poder contratar. Yo, de hecho, contrataré, porque hemos mirado las previsiones hasta finales de año y mi equipo va bien de dinero. Y como mi equipo, debe haber más casos.
¿Cuál es la solución, pues, para que pueda haber estos refuerzos de verano?
Lo que se tendría que hacer es respetar la autonomía de gestión de los equipos, siempre que no se pasen de los límites presupuestarios que hay marcados porque al final firmamos un contrato. Nosotros hemos avisado a la dirección de que hemos hecho los números y vemos que sí que podemos contratar, en este caso concreto, una enfermera y un administrativo.
¿Este tipo de ajuste en verano se ha dado otros años?
Cada verano las profesionales vamos de vacaciones, y pedimos unas pocas sustituciones porque nosotros ya organizamos las plantillas con mucha antelación. La planificación no se hace en el mes de julio, sino a abril o a mayo, y ya haces una previsión muy a la baja para dar el máximo de vacaciones a los profesionales y te das margen para encontrar sustitutos. Un caso así, y además con tan poco tiempo de margen, yo no lo recuerdo.
¿Centrándonos en las enfermeras, qué sensaciones os han transmitido ante esta situación de ajuste de plantillas?
Bien, en verano siempre hay mucho trabajo. A veces vuelven de las vacaciones de julio y ya los espera un agosto duro por las patologías vinculadas a las olas de calor. O al revés, en el mes de agosto están de vacaciones pero han acabado agotadas porque en julio han triplicado el trabajo. Las enfermeras nos piden que, en la medida del posible, intentemos cubrir sus bajas.
Hablamos ahora del intrusismo laboral. Recientemente, el Colegio de Médicos ya ha alertado de que ha experimentado un incremento de este fenómeno en los últimos de años. ¿Las enfermeras también se han visto afectadas?
Sí, es que este es uno de los deberes de los colegios profesionales: velar para que no se produzca este intrusismo. Nosotros hemos llevado 19 casos de intrusismo laboral solo este año. La mayoría son casos en que las personas denunciadas solo tienen los estudios básicos, y no el título de enfermera, pero también hay muchos casos de práctica delegada, en la que el elemento central es dónde están los límites: qué corresponde al médico y qué corresponde a la enfermera. Eso se ve claramente en los casos del SEM porque, cuando tienes la víctima en el suelo, ¿esperas que venga el médico o empiezas a intubarlo tú?
¿Cómo afecta esta práctica directamente a la ciudadanía? ¿Somos conscientes de que eso pasa?
Primero afecta las empresas, que tienen la obligación de comprobar si los profesionales que se contratan están colegiados. En el momento en que tienen alguna duda o alguna sospecha, pueden ponerse en contacto con nosotros para desbriznarlo. Pero después, la otra afectación es la que tiene sobre el ciudadano, y también la que tiene con el resto compañeros. Además, hemos tenido que resolver dos demandas de intrusismo hacia nosotros, en el caso de las comadronas que fueron ellas denunciadas y que nosotros defendíamos que tenían bastantes competencias para poner DIUs. Nosotros defendemos tanto los casos de intrusismo hacia la profesión de enfermera como cuando nos acusan a nosotros de intrusismo respecto de otra profesión. Es esta doble mirada del intrusismo profesional.
¿En los últimos años, este intrusismo ha ido en aumento?
En estos últimos años hemos velado más. Antes no te diré que se hacía la vista grande, pero había casos que no acababan llegando tanto al Colegio. El hecho de disponer de la tarjeta de prescripción, que de eso ya hace cuatro años, ha hecho que detectáramos a muchas enfermeras no colegiadas. Y todos los sistemas de información, que son mucho más ágiles y rápidos, han hecho aflorar casos también.
¿Cómo has combado esta práctica?
Hace falta una relación mucho más fluida con los las empresas contractadores. Eso lo dejaría todo bastante arreglado, porque cuando haces la contratación tienes que asegurarte de que aquella persona está colegiada. Y después, las diligencias que se abren cuando se detecta un caso tienen que ser más rápidas, mientras que quizás que las penas tienen que ser un poco más contundentes.
Para acabar, un par de preguntas de un perfil un poco más político. ¿Ahora que pronto tendremos un cambio de Govern en la Generalitat, y previsiblemente se relevará el conseller de Salud, Manel Balcells, cuál es una medida que esta administración no ha hecho bien?
Una de las cosas que no ha hecho bien es no respetar estudios, proyectos, trabajos... Por ejemplo, aquel estudio que fijaba que faltan entre dos o tres enfermeras por cada equipo de atención primaria. O generar malentendidos como ha pasado con el tema de las especialidades y del grado de enfermería. El Gobierno sabe perfectamente que lo sois base del A1, depende de Madrid, pero en cambio los complementos específicos que corresponden a la categoría dependen de la comunidad autónoma. La otra cosa que no solo no ha hecho bien, sino que nosotros hemos interpuesto una demanda, es montar una mesa con todos los colectivos profesionales, menos el de las enfermeras. Uno de los objetivos de aquella mesa era abordar las necesidades y las próximas transformaciones que necesitaría el sistema de salud, pero si dejas fuera de las 50.000 enfermeras, que prácticamente estamos aguantando el sistema tan en los hospitales como la primaria...
Y, de cara al próximo conseller de Salud, una demanda prioritaria para los primeros 100 días del Govern.
El trato igualitario de las enfermeras respecto de las otras profesiones. Tenemos una formación académica universitaria de grado, y por lo tanto nos tienen que tratar exactamente igual que los otros. También queremos el reconocimiento de la categoría profesional y del puesto de trabajo como facultativas en los 100 primeros días, para poder empezar a hablar a partir de aquí empezar a hablar. Y después, el abordaje de la atención primaria como centro del sistema, cosa que tiene mucho que ver con las enfermeras porque, al final, somos el palo de pajar de la atención primaria.