Una de las consecuencias a las que se enfrentan las personas que padecen o han padecido la Covid-19 es la complicación en cuestiones de coagulación sanguínea. Esta enfermedad es multifacética. Si bien, al comienzo de la pandemia, se pensó que era principalmente una enfermedad de los pulmones, ahora se sabe que varios sistemas funcionales del cuerpo humano se ven afectados después de la infección con el patógeno SARS-CoV-2.
Uno de estos sistemas funcionales es la coagulación sanguínea. Los pacientes con Covid-19 tienen un mayor riesgo de trombosis y embolias, como accidentes cerebrovasculares, infartos pulmonares o de miocardio e incluso trombosis venosas profundas. Ahora, investigadores de la Universidad Médica de Viena han demostrado que un miembro del grupo de medicamentos anticoagulantes no solo tiene un efecto beneficioso sobre la supervivencia de los pacientes con Covid-19, sino que también influye en la duración de la infección activa con el coronavirus. Los resultados se publicaron recientemente en la revista Cardiovascular Research.
El uso de medicamentos que inhiben la coagulación sanguínea ha sido parte de las pautas de tratamiento para Covid-19 desde julio de 2020. “Estas complicaciones durante la hospitalización tienen un impacto directo en el bienestar de los pacientes y aumentan el riesgo de morir por Covid-19”, asegura David Pereyra del Departamento de Cirugía General de la Universidad Médica de Viena y primer autor de la publicación. Y la ciencia no ha desentrañado todavía sus causas.
Lo cierto es que la coagulopatía observada en pacientes con Covid-19 es nueva y difiere en muchos aspectos de los problemas de coagulación previamente conocidos. De hecho, muestra características que, aunque son parcialmente comparables con otras enfermedades de la coagulación, no pueden explicarse por completo. Este grupo de expertos comenzó a buscar una explicación para esta subcondición de Covid-19 en la primavera de 2020, en una fase temprana de la pandemia.
En un análisis multicéntrico de pacientes con Covid-19 en Viena, el grupo observó que la coagulopatía asociada a Covid-19 ocurre casi exclusivamente en pacientes que requieren cuidados intensivos o en pacientes que mueren como resultado de Covid-19. Aunque los fármacos anticoagulantes mejoran la supervivencia de los pacientes con Covid-19, no muestran ningún efecto sobre los procesos inmunológicos relacionados con la coagulación sanguínea (inmunotrombosis).
Sin embargo, los análisis mostraron que el periodo de infección activa por SARS-CoV-2 se reduce en pacientes tratados con heparina de bajo peso molecular, el anticoagulante más comúnmente utilizado. “En los pacientes que reciben este fármaco, el tiempo de infección es un promedio de cuatro días más corto que en los pacientes que no son tratados con heparina de bajo peso molecular. Nos sorprendió ver que la heparina de bajo peso molecular puede tener un efecto directo sobre coronavirus y su infectividad”, asegura David Pereyra. Los datos experimentales muestran que la heparina puede inhibir la capacidad del SARS-CoV-2 para unirse a las células, evitando así que se infecten.