Hallazgo clave de científicos catalanes sobre el avance del Alzhéimer. Concretamente, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) —centro de investigación de la Fundació Pasqual Maragall— ha publicado un estudio que confirma que la acumulación de beta amiloide puede causar daño cerebral en etapas tempranas de la enfermedad. Tal como se ha anunciado este lunes, el hallazgo ha sido publicado en la revista Alzheimer's & Dementia: Journal of the Alzheimer's Association y proporciona nuevas claves sobre cómo se desarrolla la enfermedad, a la vez que abre la puerta a enfoques preventivos y tratamientos más tempranos que podrían ralentizar el avance.
La cosa es que, hasta ahora, se creía que la neurodegeneración en el Alzhéimer se producía únicamente cuando estaban presentes dos proteínas clave: la beta amiloide y el tau —especialmente, en la neurodegeneración que afecta al lóbulo temporal medial del cerebro, una región esencial para la función de la memoria—. Pero este nuevo trabajo sugiere que la acumulación de beta amiloide puede, por sí sola, desencadenar el daño cerebral y pérdida de memoria en las primeras etapas. Es decir, sin la presencia de niveles altos de tau.
Intervenir en etapas tempranas
El equipo de investigadores del BBRC, liderado por Raffaele Cacciaglia, ha trabajado con dos cohortes independientes de personas sin deterioro cognitivo para analizar datos mediante resonancias magnéticas de alta resolución y marcadores de la enfermedad. Así, los resultados demuestran que la acumulación de beta amiloide puede ser un indicador de cambios estructurales en el cerebro y un posible deterioro de la memoria antes de la aparición de síntomas evidentes. "En los últimos años, se han aprobado los primeros medicamentos para reducir la acumulación de beta amiloide al cerebro de personas a las primeras fases del Alzhéimer. Este avance sugiere que intervenir en etapas tempranas, antes de que aparezcan síntomas, podría ralentizar la progresión de la enfermedad. La beta amiloide parece afectar directamente al hipocampo, una región clave para la memoria, por lo cual actuar de manera anticipada podría reducir significativamente los riesgos asociados al Alzhéimer", ha explicado Cacciaglia.
El estudio ha analizado muestras de líquido cefalorraquídeo de 360 personas voluntarias de la cohorte Alfa impulsada por la Fundació "la Caixa" y ha utilizado tecnologías de última generación para capturar imágenes del hipocampo, así como de otras estructuras del cerebro mediante técnicas avanzadas de resonancia magnética. Además, los datos de los participantes Alfa han sido confrontados con la cohorte de validación EPAD, sin síntomas de Alzhéimer ni presencia de proteína tau.