Lavar la ropa antes de estrenarla es una práctica que no está muy extendida, pero la ciencia recomienda hacerlo por razones de salud. Un estudio elaborado conjuntamente entre la Universitat Rovira i Virgili (URV) y el Institut de Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) ha subrayado la importancia de lavar la ropa antes de estrenarla para reducir la exposición a productos tóxicos y cancerígenos. Los investigadores han encontrado que, aunque muchos productos químicos utilizados en la fabricación de ropa se eliminan durante el proceso de producción, algunas concentraciones residuales pueden permanecer y liberarse durante el uso. Eso puede causar reacciones alérgicas en la piel y otros problemas de salud. Además, lavar la ropa nueva también ayuda a eliminar bacterias y virus que pueden haber quedado en las piezas después de haber sido probadas por otras personas en las tiendas.
El producto que evita que la ropa se arrugue
El estudio realizado por la Universitat Rovira i Virgili, en el marco del proyecto EarlyCLOTHES, concluyó que lavar la ropa antes de utilizarla por primera vez es una medida importante para reducir la exposición a compuestos químicos nocivos, como el formaldehído. Este compuesto, que puede estar presente en las piezas para evitar que se arruguen, se eliminó completamente después de un solo lavado a las pruebas realizadas. Los investigadores subrayan la relevancia de esta práctica en términos de salud pública y abogan por una regulación mayor de las sustancias químicas presentes en la ropa. Además, destacan la necesidad de nuevos certificados que aseguren la ausencia de componentes nocivos en los tejidos, proporcionando así más información al consumidor antes de la compra.
¿Qué ha analizado el estudio?
Se analizaron los niveles de 55 clases de aminas aromáticas, subproductos de los colorantes azoicos, ampliamente utilizados en la industria por su durabilidad y vivacidad. También se evaluaron los niveles de bifenilos policlorados y formaldehído, dos sustancias cancerígenas. Finalmente, se incluyeron en los análisis varios metales pesados y el bisfenol A, un conocido disruptor endocrino capaz de provocar desajustes en los sistemas hormonales de las personas, responsables de procesos de crecimiento, reproducción, etc. El estudio recomienda lavar ropa antes de estrenarla para reducir la exposición a estos compuestos químicos. Esta práctica puede ayudar a eliminar residuos de tintes y otras sustancias potencialmente perjudiciales, como el llamado formaldehído, que aunque se encuentra en niveles bajos en la ropa, puede ser eliminado con un simple lavado.
Roba de niños y embarazadas
El estudio ha analizado la presencia de productos nocivos, especialmente en la ropa de niños y embarazadas. El proyecto EarlyCLOTHES ha detectado una mayor presencia de compuestos tóxicos en aquellas piezas confeccionadas con material sintético. En cambio, con respecto a aquellas fabricadas con tejidos orgánicos, se ha detectado una mayor presencia del conocido compuesto cancerígeno, utilizado para evitar que la ropa se arrugue en la tienda. "Consideramos oportuno averiguar qué contaminantes químicos hay en la ropa que compramos, especialmente la que visten dos grupos de población vulnerables, como son las mujeres embarazadas y los niños," recuerda a Martí Nadal, investigador de TecnATox. El equipo investigador compró prendas de ropa de diferentes tipos de establecimientos —pequeños comercios, centros comerciales y tiendas en línea— y las estudió buscando una amplia gama de compuestos químicos nocivos.
Ropa sintética, de algodón orgánico y algodón convencional
Las muestras de ropa sintética, como el poliéster, el elastano o la poliamida, presentaron una concentración más elevada de aminas, algunos metales pesados como el titanio y bisfenoles en comparación con los tejidos de algodón. Los resultados también revelaron que el algodón orgánico contiene concentraciones significativamente más bajas de contaminantes en comparación con las muestras de algodón convencional. El contraste fue significativo en el caso del bisfenol A y bisfenilos policlorados, conocidos disruptores endocrinos. "Sorprendentemente, los niveles de formaldehído, una sustancia cancerígena que se utiliza para evitar que la ropa se arrugue en la tienda, resultaron ser más elevados en la ropa de algodón orgánico", explica Nadal, investigador principal del proyecto.
Más riesgo para los bebés
Si bien ninguno de los compuestos detectados superó el umbral estipulado por la legislación, los investigadores alertan de que no existe ningún control sobre la cantidad total de compuestos presente en los tejidos o los efectos que pueda tener este "cóctel de químicos" en las personas. "Podría haber un riesgo para la salud derivado de la exposición combinada al conjunto de químicos presente en la ropa, especialmente para los bebés, a causa del bajo peso corporal y a la exposición prolongada a los tejidos", pone de manifiesto Nadal.
En una segunda fase del proyecto, el equipo investigador estudió los efectos de un lavado estándar en las concentraciones de formaldehído. Es decir, lavaron aquellas prendas de ropa con más concentración de esta sustancia en una lavadora doméstica. Nadal considera que lavar la ropa antes de su primer uso es una "recomendación muy relevante, en términos de salud pública", ya que fueron incapaces de detectar la presencia de formaldehído después de un solo lavado.