Si usted tiene una encimera de piedra artificial en la cocina o en el baño, no hace falta que se alarme. El tema que ha causado una gran polémica recientemente en el Reino Unido, pero también en Australia o los Estados Unidos, no afecta a los usuarios del producto, sino a los trabajadores que lo manipulan. Los casos de silicosis que se han certificado en estos países desde el año 2010, además de España, Israel, Italia, China y Bélgica, entre los trabajadores de la industria de las encimeras fabricadas con este tipo de material, ha provocado una fuerte controversia, alimentada ahora porque se suman ocho trabajadores británicos más que trabajan en el corte y pulido de las encimeras de piedra artificial, antes de la instalación. Los médicos especialistas e investigadores de este país piden que se prohíban en toda Europa este tipo de encimeras que ha popularizado la marca española Cosentino, uno de los grandes productores mundiales de este material, creadores del Silestone, porque puede causar silicosis, una enfermedad pulmonar muy grave, al respirar el polvo de sílice cristalina.

Cosentino, líder del mercado

Esta compañía, que nació en 1989 en Almería y con sede en Cantoria, fue pionera en la comercialización de un conglomerado mineral compuesto en un 90% por cuarzo, compactado con resina y otros materiales para conseguir una superficie más resistente, sostenible y económica que el granito. Su descubrimiento catapultó a Cosentino hacia el éxito global, que lidera la mayor parte del mercado, por delante de otros fabricantes, como la empresa israelí Caesarstone, la italiana Santa Margherita o la china Yifi Stone.

Australia fue el primer país que prohibió totalmente las encimeras de piedra artificial como las de Caesarstone, mayoritaria en el país, y también las de Cosentino, dado que el acuerdo de las autoridades del país austral prohibió no solo la fabricación, sino también la instalación o la importación de este material. El acuerdo, que se dio en diciembre, y empezó a ser efectivo desde el 1 de julio, se tomó siguiendo las recomendaciones de Safe Work Australia, la agencia de seguridad en el trabajo, que había certificado un aumento drástico de casos de silicosis en los trabajadores australianos que estaban relacionados con la fabricación, el corte y la manipulación de este tipo de encimeras, pero no de su uso en las cocinas o los baños. Por eso, las únicas excepciones que se permiten son reparar o hacer pequeñas modificaciones en las encimeras ya instaladas.

La investigación de 'Thorax'

Ahora, sin embargo, son los especialistas del Reino Unido los que se han unido a la cruzada contra este material, después de que un equipo de médicos de la revista Thorax haya pedido su prohibición, con la publicación de una investigación, un editorial y un análisis retrospectivo. Aunque se habían notificado casos de silicosis por piedra artificial en los países antes mencionados, y que en el Reino Unido también se ha utilizado durante un periodo de tiempo similar, no ha sido hasta el 2023 cuando se han publicitado los ocho hombres que han sufrido esta enfermedad ocupacional. Según el estudio, la edad de estos hombres oscilaba entre los 27 y los 56 años, con una media de 34 años en el momento del diagnóstico, con una exposición acumulada al polvo de sílice de unos 12,5 años, pero también con oscilación entre 4 y 40 años. Los ocho hombres trabajaban en pequeñas empresas con menos de 10 empleados, 7 de los cuales eran fumadores, y todos estaban implicados en el proceso de corte y pulido de las encimeras antes de la instalación.

Los Estados Unidos endurecen la legislación

Después de Australia, la polémica llegó a otros países, como los Estados Unidos, donde una investigación a finales del 2022 en California destapó que más de 30 trabajadores de Los Ángeles habían desarrollado una forma acelerada de silicosis, y todos los casos apuntaban en el hecho de que trabajaban en empresas que fabricaban este tipo de encimeras. Las autoridades, aunque se plantearon la prohibición, como en Australia, finalmente optaron por endurecer la legislación. Los Estados Unidos y el Reino Unido son dos de los principales mercados de Silestone, y la crisis reputacional, aunque no es solo de Cosentino, porque afecta al material y no una marca concreta, sí que se considera un golpe muy serio que puede afectar a la marca y las ventas si esta petición de prohibición acaba por convertirse en una realidad.

España, casos y condenas

En España también se han producido casos y condenas. Más de 1.800 trabajadores desde el 2007 en el 2019 sufrieron silicosis, y Cosentino ya fue condenada por no advertir durante años del riesgo a cinco trabajadores de una empresa de Vigo, que hoy sufren silicosis, y fue absuelta en otro juicio similar. La empresa andaluza también ha pagado indemnizaciones a trabajadores propios y de otros talleres de mármol, enfermos de silicosis, con una cláusula de confidencialidad. Cosentino facturó 1.711 millones de euros en el 2022, de los cuales un 1,9% (unos 32 millones) provienen del mercado australiano. La empresa española está luchando contra esta crisis reputacional y cuando se produjo la prohibición en Australia puso mucho énfasis en el hecho de que el problema y el riesgo de contraer silicosis no estaba en el material, sino en la precariedad laboral, y que aparece porque las instalaciones no cumplen las condiciones de seguridad mínimas. Por eso, insisten en que se podía minimizar reforzando la seguridad de los entornos laborales e implementando medidas que eviten la inhalación del polvo de sílice. Cosentino, además, está impulsando una nueva línea, SilestoneXM, que reduce el contenido de sílice cristalina por debajo del 40% en toda su producción, y un 20% por debajo del 10% en la gama Q10.