La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más común entre la población, afectando a más de 40 millones de personas en todo el mundo. En España, se estima que la padecen en torno a un millón de personas, de las cuales 100.000 estarían sin diagnosticar. Respecto a la prevalencia de la hipertensión arterial, el 42,6% de la población adulta española es hipertensa y el 37,4% de los hipertensos está sin diagnosticar.
Ahora, un nuevo estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, publicación de la Sociedad Europea de Cardiología afirma que la hipertensión arterial causa fibrilación auricular. La investigación proporciona por primera vez datos de esta relación causal y, además, el uso de información genética minimiza una posible relación causal inversa; es decir, que la fibrilación auricular cause la hipertensión arterial, o que otras condiciones fueran responsables o actuaran como factores de confusión en el desarrollo de esta arritmia. El estudio muestra que esa relación no fue impulsada por la presencia de otros factores como la enfermedad de las arterias coronarias o la obesidad.
Lo novedoso de este trabajo es que analiza la relación entre la hipertensión arterial y la fibrilación auricular por un método que utiliza variantes genéticas para determinar si una asociación entre los factores de riesgo de desarrollar una y otra puede ser causal. Se basa en el hecho de que, durante el desarrollo del ser humano, la meiosis celular (replicación celular) hace que los individuos de forma aleatoria, pueden heredar una variante genética que afecta a un factor de riesgo, como la hipertensión arterial, o no.
El estudio
Para investigar si la presión arterial tiene un impacto directo sobre el riesgo de fibrilación auricular, los investigadores de este estudio utilizaron las bases de genoma completo incluyendo la presión arterial y la fibrilación auricular de más de un millón de personas de ascendencia europea, de las cuales 60.620 tenían fibrilación auricular y 970.216, no.
El primer paso fue identificar 894 variantes genéticas asociadas con la presión arterial (sistólica, diastólica o presión de pulso). Dichas variables estaban asignadas naturalmente de forma aleatoria entre todos los participantes desde el momento de su concepción, dando a cada individuo un nivel de presión arterial.
Los investigadores analizaron entonces la asociación entre la presión arterial y la fibrilación auricular y obtuvieron que cada aumento de 1mmHg en la presión arterial sistólica, la presión arterial diastólica y la presión del pulso se asocia con un aumento relativo del 1,8%, del 2,6% y del 1,4% respectivamente en el riesgo de fibrilación auricular. Esa asociación se mantuvo pese a excluir los polimorfismos genéticos relacionados con la obesidad o la enfermedad isquémica.
Es por ello el primer estudio en sugerir una relación causal desde el punto de vista genético entre la hipertensión arterial y fibrilación auricular. Estos resultados son importantes porque sostienen la hipótesis de que la fibrilación auricular es prevenible y controlar estrictamente la tensión arterial es una estrategia muy eficaz.