Richard Horton es el editor y director de The Lancet, la revista más importante en medicina de todo el mundo. El pasado mes de enero fue el primero en hablar de la amenaza de una epidemia mundial causada por el coronavirus. Entonces, aquella palabra era extraña o muchos, directamente, ni siquiera la habíamos escuchado. Menos de un año después el tiempo le ha dado la razón, y él mismo admite que ahora le prestan más atención, y se ha hecho famosa una revista 100% científica que anteriormente no despertaba ningún interés mediático. Sus editoriales han sido muy duras contra la gestión de la pandemia en el estado español.
Horton también es profesor honorario en la London School of Hygiene and Tropical Medicine y en el University College of London. Es miembro del Consejo de la Academia de Ciencias Médicas y preside el Consejo de la Red de Métricas de la Salud, una asociación sanitaria global con sede en Ginebra que se dedica a mejorar los sistemas de información sanitaria. Vive en Londres con su mujer e hija y también es crítico con el gobierno de Boris Johnson y su gestión del coronavirus, sitúandola al mismo nivel que España.
¿En qué se ha equivocado el gobierno de Pedro Sánchez?
De entrada en la primera fase de la desescalada. No había ningún plan y Sánchez dijo que todo iría bien sin tener nada pensado ni desarrollado, como por ejemplo un sistema de detección y rastreo del coronavirus creado por el propio gobierno. Eso hizo imposible bajar la prevalencia del virus. El objetivo debería haber sido que en julio y en agosto se hubiera mantenido el virus a niveles bajos, cosa el Reino Unido, que tampoco hizo.
La gente no confía en el Gobierno y por eso no sigue las normas
¿Y cuál es el problema?
Que no tenéis un sistema político de consenso, tiene que haber alguna manera de unir el sistema. La gente no tiene confianza en el gobierno y por lo tanto no hay voluntad de seguir las normas, pero al final el error más importante es del líder que lo gestiona. El Gobierno confiaba demasiado en volver a la normalidad. Lo recuerdo, y está grabado, que Sánchez animaba a confiar en volver a la normalidad. La realidad es que nadie puede volver a ella mientras el virus siga circulando. Sánchez no podía decir eso.
España necesita una agencia nacional de sanidad
Habla de tener un plan, pero lo que nos comunican desde el ministerio es que sí hacen pruebas de PCR y han contratado rastreadores. ¿A qué se refiere exactamente?
España necesita una agencia nacional de sanidad. Podéis utilizar el ejemplo de Alemania y su Instituto Robert Koch, una agencia dedicada a la investigación y los responsables finales del control y prevención de enfermedades. Queda, en este caso, supeditado al ministerio de sanidad del gobierno de Merkel, pero sólo se dedica a eso, al control y seguimiento de este tipo de contagios. Han gestionado la pandemia en Alemania, ellos definían cómo, y se salía adelante en esa única dirección.
¿Cree que el estado español esconde o juega con las cifras de contagios?
No es que escondan datos sino que no han invertido lo suficiente para tener datos fiables. El problema es que no hay suficiente información y el sistema es deficitario. no es úniamente responsabilidad de Sánchez, esto empezó con la crisis del 2008. Después del crack económico se escogió el camino de la austeridad y se recortaron millones de euros en sanidad. Cuando llegó la pandemia no estaban preparados.
En The Lancet publicamos cinco artículos sobre el coronavirus el pasado mes de enero, que el Gobierno ignoró
Miramos al pasado más reciente. Su revista fue la primera en publicar la amenaza de este nuevo virus el mes de enero. ¿Ningún gobierno se lo leyó?
Algunos sí, no todo el mundo lo ignoró como hizo España. En The Lancet publicamos cinco artículos sobre el coronavirus entre los meses de enero y febrero y nadie hizo nada. La historia del coronavirus es una historia de errores políticos. Si hubieran empezado a hacer tests se hubieran evitado muchos problemas. Recuerdo perfectamente que en enero describimos qué era la Covid-19 y lo que pasaría, incluso, se adelantó que estábamos ante una posible pandemia. La respuesta de España fue negarlo todo, incluso cuando ya tenían los primeros muertos. También permitieron seguir celebrando grandes eventos como partidos de fútbol o la huelga feminista del 8M. El gobierno malgastó seis semanas donde habrían podido reforzar el sistema sanitario y poner más camas.
¿Y cómo queda la gestión de los epidemiólogos de la administración?
No he hablado con Fernando Simón ni con nadie, no los conozco. El problema, en términos generales, es que no todos los expertos son del mismo bando y cuando los científicos luchan, hacen perder la confianza. Como pasa con los políticos.
Repasando los datos, y exceptuando Rusia que lidera los positivos, encontramos a España: ¿Es la vergüenza de Europa?
No únicamente, también el Reino Unido y Bélgica, y en menor medida Italia y Francia. Deben investigarse las razones por las que ha pasado esto, tenemos que aprender la lección para planear nuestro futuro en los próximos tres o cuatro años. Se tiene que tener visión a largo plazo y no sólo a corto. Ha habido un error catastrófico a nivel político en España pero también en estos países que te he indicado. Insisto: se tiene que ir más allá y no pensar sólo en el ahora.
El coronavirus no es imprevisible, sí la política que se aplica
¿El coronavirus es imprevisible?
En absoluto. Lo que es imprevisible son las políticas que se aplican porque no son lo bastante consistentes. Hay países que sí lo han hecho bien porque han situado esta enfermedad como una prioridad y ha acabado en un éxito de solidaridad nacional. Mira Nueva Zelanda, Corea del Sur, Vietnam o Japón...
¿Desde fuera, se percibe las diferencias de gestión entre el gobierno de Madrid y Catalunya?
No, se interpreta como un todo donde nadie rema en la misma dirección. Al final, si la transmisión se dispara en una zona u otra es por el gran número de intercambios sociales que se producen. El virus se transmite de persona a persona y se tiene que comunicar de forma clara, actuar y proteger a las familias. Si la gente no sigue las normas, los problemas se multiplicarán, en Catalunya, Madrid y donde sea.
Catalunya debe confinarse
Repasando los últimos datos, el 50% de los ingresos en la UCI en Catalunya ya son por Covid: ¿Debemos confinarnos?
Sí. Es necesario encerrarse en casa durante dos semanas, exceptuando las escuelas. Esto tendría un efecto en las líneas de transmisión y daría cuatro semanas de margen para reducir la epidemia y dar al gobierno la oportunidad de trabajar para aislar el virus y ganar tiempo. Allí donde el aumento de las infecciones tiene una R superior al 1, la respuesta tiene que ser un corte de la circulación inmediata. Te he dicho dos pero también podrían ser tres semanas cerrados. Eso llevaría a la R por debajo del 1, reduciría la prevalencia del virus y se ganaría tiempo para hacer más tests.
Es difícil hacer entender eso a la ciudadanía. Justo antes de cerrar bares y restaurantes, nos decían que abrirían discotecas. ¿Y ahora de golpe nos confinamos?
Por eso te hablaba antes de la importancia de ser coherentes y dar mensajes claros y únicos... No se puede generar desconfianza hacia nuestros gobernantes.
¿Y cómo les hace entender a los que temen acabar arruinados económicamente?
Se ha demostrado en otros países que quién tiene bajo control y prioriza salir del coronavirus, después tiene un crecimiento económico más rápido e igual a la caída previa. Mira el ejemplo de China.
Tenemos que evitar la tercera ola a toda costa
¿Y nosotros hacia dónde vamos?
Se nos presenta un invierno muy duro, son tiempos muy difíciles y es realmente importante que se haga todo lo que esté en nuestras manos para proteger el sistema sanitario. Insisto en ser claros y asegurarnos todos los recursos disponibles. Este es el trabajo debe hacerse en las próximas cuatro o seis semanas. Ahora es el momento de apretar: debemos proteger las escuelas, y a los trabajadores, asegurarnos de que todo el mundo tendrá mascarillas... Debemos evitar la tercera ola a toda costa.
Las palabras de Illa asegurando que tendrá la vacuna este diciembre es simplemente falso, y él lo sabe
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, avanzó que España recibirá en diciembre más de 3 millones de vacunas. ¿Qué le contesta?
La conclusión es que el ministro está intentando ser optimista, pero uno de los problemas que hemos aprendido de esta pandemia es que, si no dices la verdad al público, perderás su confianza y a menudo los líderes políticos europeos han prometido demasiado y han conseguido poco y eso no es un buena posición, porque pierdes la confianza de tu ciudadanía. Por lo tanto, decir que un ciudadano de la población española tendrá una vacuna a finales de diciembre es simplemente falso. Y él lo sabe perfectamente.
¿Cuál es la explicación?
Hay muchas etapas por pasar antes de que haya una vacuna... Probablemente se empezará a vacunar la primavera del año que viene, en 2021. Antes debemos tener los primeros resultados y regular para ver si es segura. Después producir centenares de millones de dosis y posteriormente, escoger a quién se le suministra, porque no se podrá vacunar a todo el mundo a la vez. Los primeros deben ser los trabajadores de la sanidad.
La primera vacuna podría estar disponible la primavera del 2021
¿Tenemos la vacuna candidata a ser la primera?
Podríamos mirar hacia China o Rusia pero todavía no han terminado los ensayos clínicos y ya la están probando en personas, se la están jugando mucho. De momento, hay nueve vacunas que están a punto de superar la primera fase pero hay 140 más en marcha. En primavera, podríamos tener la primera con efectos positivos contra la Covid-19 pero en los próximos dos o tres años habrá mejores y más accesibles. Ten en cuenta que la vacuna no es la fórmula mágica, no eliminará este virus. Para hacernos una idea, el único virus que se ha podido eliminar a lo largo de toda la historia es la viruela. Por lo tanto, tenemos que convivir con el virus.
Entramos en una nueva era
Ya nos podemos ir acostumbrando...
Entramos en una nueva era y es diferente a cómo empezamos este 2020. Ahora mismo aceptamos cosas inaceptables como los recortes, se nos ha puesto delante de un espejo y hemos visto todos los problemas y los puntos débiles que arrastrábamos como sociedad, todo eso tan cruel ha quedado expuesto. Tenemos que proteger la educación y combatir la austeridad, nuestra responsabilidad y deber es hacer alguna cosa para cambiarlo y recordarlo siempre.
Tenemos poca memoria...
Piensa que eso no es una pandemia. Estamos hablando de una sindemia donde reunimos tres problemas de golpe: el coronavirus. las enfermedades crónicas que ya arrastran muchas personas, como los problemas de corazón o la diabetes, y las desigualdades sociales.