Las hospitalizaciones de adolescentes de entre 11 y 18 años por trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) aumentaron de manera exponencial entre 2010 y 2021, pasando a representar el 8,7% de los ingresos por trastornos mentales dentro de este grupo, según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). La investigación, publicada en la revista científica Journal of Attention Disorders, analiza 2,01 millones de hospitalizaciones de jóvenes españoles e identifica además una preponderancia en los ingresos de los jóvenes entre los 11 y los 14 años, así como una media de edad marcada en los 14 años.
Como ha señalado Hilario Blasco-Fontecilla, miembro del Instituto de Transferencia e Investigación de la UNIR e investigador principal del estudio, el aumento de las hospitalizaciones no ha impactado en la cantidad total de adolescentes diagnosticados de este trastorno. La evidencia de este hecho es que la presencia global del TDAH se ha mantenido estable en los últimos 20 años, oscilando en torno al 5% en la franja de edad estudiada, mientras que las hospitalizaciones por esta misma causa sí que han aumentado. El mismo Blasco-Fontecilla explica que este crecimiento "sugiere la existencia de factores adicionales, más allá del aumento en el diagnóstico y la concienciación sobre el trastorno". Curiosamente, esta tendencia al alta de las hospitalizaciones por déficit de atención contrasta con la disminución general de hospitalización de adolescentes, que se ha reducido un 23% en los últimos 20 años. Además, el estudio también destaca un impacto significativamente alto en varones (con un 72,6%), hecho que está en consonancia con el predominio del TDAH en niños y adolescentes masculinos.
Posibles causas y actuaciones
La investigación expone que, aunque las hospitalizaciones de adolescentes con TDAH disminuyeron temporalmente durante la pandemia de la Covid-19, la tendencia ascendente continuó a partir del 2021. Entre los factores que podrían explicar estos datos se mencionan el uso acentuado de tecnología y redes sociales, que podría exacerbar síntomas de inatención e impulsividad, y los cambios en la estructura familiar y educativa, que afectan a la regulación emocional de los adolescentes con TDAH. Adicionalmente, el estudio presenta relaciones con otros trastornos, como la depresión y la ansiedad severa, y hace constar que un 60% de los adolescentes hospitalizados por TDAH presentaron estos trastornos asociados.
Blasco-Fontecilla, que también es director del Instituto de Salud Mental y Bienestar (Emooti), ha defendido que "este alarmante aumento de hospitalizaciones indica la necesidad de mejorar la detección precoz y garantizar la continuidad de los tratamientos" y que "la prevención y el tratamiento adecuados son clave para reducir las hospitalizaciones y mejorar la calidad de vida de estos jóvenes". En una nota hecha pública este lunes, la UNIR ha subrayado la necesidad de estrategias de detección temprana, y los autores del estudio abogan para implementar medidas preventivas en el entorno escolar y familiar, favorecer el acceso a tratamientos eficaces y reducir el impacto negativo del uso excesivo de tecnología.