Un equipo de investigadores chinos ha llevado a cabo el estudio de seguimiento más largo de pacientes con covid hospitalizados hasta ahora, y ha publicado los resultados en The Lancet Respiratory Medicine. Los científicos evaluaron la salud de 1.192 personas que habían estado en el hospital entre el 7 de enero y el 29 de mayo de 2020 en Wuhan durante los siguientes seis meses, un año y dos años. Aunque la salud mejoró con el tiempo, el 55% dijo que, al cabo de dos años, tenía al menos un síntoma.
A los seis meses el porcentaje era del 68%. A grandes rasgos, constatan: "Nuestros resultados sugieren que un programa de respiración y bienestar en línea puede mejorar el componente mental y los elementos de la falta de aliento en personas con síntomas persistentes después de la covid. Los enfoques mente y cuerpo y basados en la música, incluidas las técnicas prácticas, agradables y de gestión de los síntomas, pueden tener un papel en la recuperación". Pero más allá de las recomendaciones para convivir con él, la memoria de haber sufrido esta enfermedad no se borra de nuestro cuerpo tan fácilmente.
Consecuencias más palpables
La fatiga o la debilidad muscular fueron las más frecuentes, bajante del 52% a los seis meses al 30% a los dos años. En general, la salud global de estos pacientes, pasado este tiempo de hospitalización, es peor que la de la población general: tienen peor calidad de vida, menos capacidad para hacer ejercicio, más problemas de salud mental y hacen más uso de los servicios sanitarios en comparació a otras personas que no tienen covid persistente. Los científicos concluyeron que uno de cada tres pacientes hospitalizados informó de fatiga y debilidad muscular en comparación con el 5% de la población general.
Las evaluaciones consistieron en una prueba de caminar durante seis minutos, pruebas de laboratorio y cuestionarios sobre síntomas, salud mental, calidad de vida relacionada con la salud, retorno al trabajo y uso de la asistencia sanitaria después del alta. Los autores reconocen las limitaciones de su estudio: "Sin un grupo de control de supervivientes hospitalarios no relacionados con la infección por covid, es difícil determinar si las anomalías observadas son específicas de este". Con respecto a la metodología, los efectos negativos de la covid prolongada se determinaron comparando a los participantes con y sin síntomas. Los resultados de salud a los dos años se determinaron, además, utilizando un grupo de control de personas de la población general sin antecedentes de infección por covid equiparados por edad, sexo y comorbididades.
Por otra parte, los pacientes con covid también eran más propensos a notificar otros síntomas, como dolor articular, palpitaciones, mareos y dolores de cabeza. En los cuestionarios de calidad de vida, los hospitalizados también informaron con más frecuencia de dolor o malestar (23%) y ansiedad o depresión (12%) que los participantes sin covid (5% y 5%), respectivamente. "Nuestros resultados indican que para una cierta proporción de supervivientes de la covid hospitalizados, aunque pueden haber eliminado la infección inicial, tardan más de dos años en recuperarse completamente de este virus. El seguimiento continuado de los supervivientes, especialmente los que presentan síntomas prolongados, es esencial para entender el curso más largo de la enfermedad, así como una exploración adicional de los beneficios de los programas de rehabilitación para la recuperación", dice el autor principal de la investigación, el profesor Bin Cao, del Hospital de la Amistad China-Japón.
La importancia de la vacuna
Para acabar, queda la esperanza, como siempre, de la vacuna. La campaña de vacunación de dos dosis contra la covid redujo sustancialmente las hospitalizaciones y las muertes a pesar de las altas tasas de infección No obstante, la eficacia contra la infección, como también pasa con otras vacunas, disminuye en los meses de la segunda dosis. Los estudios muestran una disminución sustancial en eficacia contra la infección por SARS-CoV-2 a partir del cuarto mes, aunque la eficacia contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte se mantuvo alta seis meses después de la vacunación.