El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha aprobado la vacuna rusa Sputnik V ante el riesgo de adelantar las elecciones por la dramática situación que vive el país con la tercera ola por coronavirus. De esta manera, un país de la Unión Europea pasa a suministrar la vacuna de Putin que tantas reticencias ha provocado en el continente, empezando por el mismo alto representante de política Exterior Comunitaria, Josep Borrell.
En Hungría se ha dado vía libre al Sputnik V y también la desarrollada por AstraZeneca, según ha informado este jueves al ministro Gergely Gulyás y contradice los criterios de la UE que todavía no había autorizado la vacuna rusa. La presión de Orbán es enorme y las discrepancias con la comunidad son evidentes, no sólo en la gestión de la pandemia. Además, tampoco esconde la buena relación con Vladimir Putin y el Partido Comunista Chino. Por eso, desde Budapest también se está meditando si adquirir la vacuna china a Sinopharm.
Orbán se ve atrapado
Orbán se acaba de quedar sin su gran aliado occidental, Donald Trump en los Estados Unidos. E incluso la oposición húngara, desde la extrema derecha hasta los partidos ecologistas y de izquierda, se han puesto de acuerdo para hacer frente común y hacerlo fuera de la presidencia después de diez años al frente y recortando derechos de muchos ciudadanos, como el colectivo LGTBI.
Además, también había sido escéptico con las vacunas pero la ciudadanía no puede aguantar más la presión sanitaria. Actualmente, tan sólo un 1% de la población se había vacunado con la de Pfizer y Moderna.
Las elecciones están programadas para el 2022 pero podrían adelantarse. El descenso económico del 2020 se ha situado en el 6,4%. Por su parte, los expertos señalan los riesgos en la vacuna rusa o china que ha pasado menos ensayos clínicos y reclaman más transparencia y seguridad. Los húngaros podrán escoger cuál vacuna querrán, según ha informado el portavoz Gulyás. Ahora, la cuestión, será como romper con un escepticismo motivado por el mismo gobierno. Un 27% de la población sólo afirma querer vacunarse y un 29% contesta uno no rotundo. ¿Los otros? Son totalmente escépticos.
En las últimas 24 horas han muerto 95 personas por coronavirus, se han registrado 976 positivos y ya se elevan a los 354.252 en total. El pasado mes de noviembre, los legisladores ampliaron los poderes especiales del gobierno a 90 días para divergir de las disposiciones legales y adoptar otras medidas extraordinarias por decreto.