La ciencia sigue avanzando para encontrar mecanismos que ayuden al ser humano a mejorar su salud y conseguir terapias que reparen sus disfuncionalidades. En este recientemente estrenado 2025 se ha publicado un hallazgo relevante en este sentido. Se trata de las investigaciones que ha realizado el grupo Bakkers de l'Institut Hubrecht de los Países Bajos, que han conseguido un avance significativo en la regeneración cardiaca utilizando una proteína del pez cebra (Danio rerio) para reparar corazones dañados de ratones. Este descubrimiento se centra en la proteína Hmga1, que ejerce un papel crucial en la regeneración cardiaca del pez cebra y que es particularmente relevante para la salud humana, dado que la proteína Hmga1 está presente en los humanos de manera latente cuando son adultos, pero está activa durante el desarrollo embrionario, cuando las células necesitan crecer mucho. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature Cardiovascular Research, abre la posibilidad a desarrollar terapias genéticas que podrían liberar el potencial regenerativo del corazón humano.

Los infartos y la insuficiencia cardiaca

Pero para entender cómo funciona y la importancia de esta proteína y su aplicación en ratones, hay que ir al principio, al origen del problema. Después de un infarto de miocardio, el corazón humano pierde millones de células musculares (cardiomiocitos) que no pueden regenerarse. Eso culmina con la formación de tejido cicatrizal fibrótico no regenerativo y suele provocar una insuficiencia cardiaca. El corazón tiene dificultades para bombear la sangre de manera eficaz. Por eso, este avance es importante para el desarrollo de terapias regenerativas para prevenir esta insuficiencia cardiaca, una condición que afecta millones de personas en todo el mundo. Para tener una referencia hay que recurrir a las estadísticas. En el 2022 se registraron 13.505 muertes por infartos agudos de miocardios en España, lo que equivale a una media de 37 muertes por infarto cada día del año, y en el primer semestre de 2023, las enfermedades isquémicas del corazón fueron la causa de muerte más frecuente, con 13.865 personas muertas. Según los datos más recientes disponibles, la prevalencia de insuficiencia cardiaca (IC) en España es del 1,89% de la población adulta de 18 o más años. Eso quiere decir que aproximadamente 1 de cada 53 adultos en España sufre esta condición.

¿Por qué el pez cebra?

A diferencia de los mamíferos, los peces cebra tienen una capacidad para regenerar las células musculares cardiacas dañadas. Puede recuperar por completo su función en 60 días después de sufrir una lesión. Es decir, si les cortas un trozo de corazón, al cabo de este tiempo consiguen regenerarlo. Esta es una certeza que no es nueva y hay muchos estudios que verifican los mecanismos biológicos únicos de esta especie, como la división y proliferación de los cardiomiocitos, que son las células que forman el músculo cardiaco y que son capaces de dividirse y repoblar las áreas dañadas. Eso permite reemplazar el tejido lesionado con nuevas células funcionales, regenerando y reparando el tejido dañado. Proteínas como la Hmga1 y enzimas como la telomerasa juegan un papel clave en este proceso.

La proteína Hmga1, la clave

Los investigadores observaron que el gen de esta proteína Hmga1 está activo durante la regeneración cardiaca en el pez cebra, pero no en los ratones. Esta diferencia explica en parte por qué los peces cebra pueden regenerar el tejido cardiaco después de un daño, mientras que los mamíferos, incluidos los humanos, tienen una capacidad limitada para hacerlo. Para probar la eficacia de la proteína Hmga1 en mamíferos, los científicos la aplicaron localmente a corazones dañados de ratones. Los resultados fueron sorprendentes: La proteína estimuló la división y el crecimiento de las células del músculo cardiaco, se observó una mejora significativa a la función cardiaca y la división celular se produjo específicamente en la zona dañada, sin afectar al tejido cardiaco sano.

Aunque el corazón de los mamíferos adultos es incapaz de regenerar el miocardio perdido después de una lesión, los corazones embrionarios y neonatales sí que tienen capacidad regenerativa. Esta observación sugiere la presencia de un programa de regeneración cardiaca latente en mamíferos que se silencia poco después del nacimiento. "Comparamos el corazón del pez cebra con el del ratón, que, igual que el corazón humano, no se puede regenerar", explica Dennis de Bakker, primer autor del estudio. "Observamos la actividad de los genes en las partes dañadas y sanas del corazón", detalla. "Nuestros hallazgos revelaron que el gen de la proteína Hmga1 está activo durante la regeneración cardiaca al pez cebra, pero no a los ratones. Eso nos mostró que la Hmga1 tiene un papel clave en la reparación cardiaca". Normalmente, la proteína Hmga1 es importante durante el desarrollo embrionario, cuando las células necesitan crecer mucho. Sin embargo, en las células adultas, el gen de esta proteína está desactivado.

Aunque este avance representa un paso importante hacia el desarrollo de terapias regenerativas para prevenir la insuficiencia cardiaca, los investigadores advierten que todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que esta terapia pueda llevarse a la práctica clínica. El próximo paso será probar si la proteína también funciona en células musculares cardiacas humanas en cultivo.