La tuberculosis, también conocida en el siglo XVII como 'la plaga blanca', podría aumentar su incidencia, de forma indirecta, a causa de la dedicación casi absoluta que requiere la pandemia de la Covid-19, una preocupación que han expresado públicamente varios expertos en esta enfermedad.
En una entrevista a EFE, el que fue jefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona hasta el 2017 y actualmente es presidente de la Fundación de la unidad de investigación en tuberculosis de Barcelona, Joan Caylà, ha reclamado la reapertura total del centro de Drassanes, en el distrito de Ciutat Vella, donde se detectan la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas.
Traslado de sanitarios
Los facultativos y enfermeras expertos de este centro, cerca de una cincuentena, fueron trasladados hace un mes al Hospital Vall d'Hebron, del que dependen, para apoyar la lucha contra la Covid-19, y esta semana se ha empezado a reabrir parcialmente el servicio en Ciutat Vella.
Caylà ha considerado que el centro de Drassanes debería abrir "pronto y al 100 %", para hacer cribados de tuberculosis y atender de forma urgente a los recién diagnosticados de ésta enfermedad y de otras de transmisión sexual, como el sida, que también se vigilan en este espacio sanitario.
El centro sanitario está ubicado en el distrito de Ciutat Vella, uno de los más deprimidos de la ciudad de Barcelona a nivel socioeconómico, y en el que un poco más de la mitad de su población -unas 100.000 personas en total- son nacidos fuera de España, principalmente en Asia, Oceanía y centro y sudamérica.
En este distrito la incidencia de la tuberculosis era, en 2016, de 43,8 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 16,2 en el conjunto de la ciudad.
"Nos preocupa mucho -ha indicado Caylà- que los enfermos se hayan sentido abandonados con el cierre del centro sanitario de Drassanes porque, aunque podían acudir al Hospital Vall d'Hebron, para muchos es complicado", ya que supone cruzar toda la ciudad, de mar a montaña.
Mitjà pide la apertura del centro de Drassanes
También el infectólogo Oriol Mitjà ha señalado la necesidad de que se reabran centros como el de Drassanes al indicar, en unas recientes declaraciones a los medios, que, "si cierran estos espacios, las enfermedades infecciosas de la comunidad repuntarán".
A esta delicada situación se suma estos días el desabastecimiento de dos fármacos antituberculosos en España, según ha informado el Programa integrado de investigación en tuberculosis de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa y compleja que requiere varios antibióticos y que tiene una duración mínima de seis meses para que una persona esté curada, si todo va bien y la bacteria causante, la Mycobacteriumm tuberculosis, responde al tratamiento.
Esta bacteria es de lento crecimiento, unos 42 días, lo que significa que hasta que no ha transcurrido ese largo periodo de tiempo no se obtiene la cantidad de bacteria suficiente para poder hacer pruebas que determinen las características de la cepa bacteriana con la que está infectada la persona.
El año 2018, se detectaron en Cataluña 991 casos de tuberculosis, una cifra que ha bajado lenta pero paulatinamente desde el año 1990, con un descenso anual medio del 6 %, según datos de la Agencia de Salud Pública de Cataluña.
El 63,4 % de los infectados eran hombres y el 36,6 % restante, mujeres, que finalizaron correctamente el tratamiento en un 88,4 % de los casos.