En los últimos 20 años se ha incrementado en un 36% los diagnósticos de demencia en las personas mayores fallecidas. Se trata de un crecimiento espectacular, aunque los expertos coinciden en que también tiene que ver con una mayor conciencia pública y  registros médicos más detallados.

El estudio, publicado en JAMA Health Forum por un equipo de expertos de la Universidad de Michigan, analiza datos de 3,5 millones de personas mayores de 67 años que fallecieron entre 2004 y 2017. La cifra había aumentado desde el 25% de 2004 hasta el 39% de 2017.

La atención al final de la vida que recibieron los pacientes con demencia también ha variado con el tiempo. Ha disminuido el porcentaje de personas que han muerto con este diagnóstico en una cama de hospital normal o en una cama de UCI, o que tuvo una sonda de alimentación en los últimos seis meses. Pero sí que ha aumentado el de los que reciben atención especializada en una residencia, del 36 % a casi el 63 %.

Eso sí, los expertos creen que aún queda mucho camino por recorrer para mejorar la atención al final de la vida de manera proactiva con aquellos que han sido diagnosticados recientemente y sus familias. “Donde antes la preocupación pudo haber sido el diagnóstico insuficiente, ahora debemos centrarnos en cómo usamos las tasas de diagnóstico de demencia en todo, desde la planificación del presupuesto nacional hasta la atención que se les brinda”, afirman.

Según la OMS, las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común: se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Aunque los límites entre ellas son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.

Se calcula que afecta a nivel mundial a unas 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.

No hay ningún tratamiento que pueda curar esta patología o revertir su evolución progresiva, por lo que es importante el diagnóstico precoz y optimizar la salud física, la cognición, la actividad y el bienestar de los pacientes, identificando y tratando las enfermedades físicas concomitantes, detectando y tratando los síntomas conductuales y psicológicos problemáticos y proporcionando información y apoyo a largo plazo a los cuidadores.