Para las personas a las que le gusta la carne, tomarse un chuletón jugoso o una carne asada en su punto supone una experiencia culinaria de primer orden. Sin embargo, algunas formas de cocinar este alimento pueden ser perjudiciales para la salud. Existen muchos estudios al respecto, el último llevado a cabo por la Universidad de Australia del Sur que ha realizado una investigación en la que demuestra cómo cocinar carnes a altas temperaturas, como en una parrilla de barbacoa, aumenta los niveles en nuestro cuerpo de un tipo de proteína llamada productos finales de glicación avanzada (AGE).
Los AGE están asociados con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardíaca y diabetes. Para reducir el riesgo, los expertos sugieren abandonar los métodos de cocción a altas temperaturas, como asar a la parrilla, y optar por selecciones de carne más saludables.
Estos AGE son un tipo de proteína que se ha relacionado con un envejecimiento más rápido. También se cree que están involucrados en patologías como las enfermedades cardiovasculares, el Alzheimer o la diabetes. Se cree que causan daño a la salud humana al promover el estrés oxidativo, la inflamación y la resistencia a la insulina. Si bien los AGE se pueden producir dentro del cuerpo, sus niveles también aumentan al comer alimentos que los contienen. En particular, los alimentos cocinados a temperaturas más altas en condiciones secas, como hacer a la parrilla, freír o asar.
El estudio
Para investigar cómo los diferentes patrones dietéticos afectan la cantidad de AGE en el cuerpo de una persona, los investigadores estudiaron dos tipos de dietas. La primera era rica en carnes rojas y cereales procesados. La segunda estaba compuesta principalmente por cereales integrales, productos lácteos, nueces, legumbres y carnes blancas, y la carne se preparaba escalfada, guisada y hervida.
En total, 51 personas que no tenían diabetes tipo 2 (15 hombres y 36 mujeres) participaron en el estudio. Siguieron cada plan dietético durante 4 semanas. Los planes se diseñaron para que los participantes no perdieran peso durante el curso del estudio. Cuando los investigadores realizaron su análisis, encontraron que la dieta rica en carnes rojas aumentaba significativamente la cantidad de AGE en la sangre en comparación con el plan que enfatizaba la carne blanca. Esto sugiere, según los autores del estudio, que una dieta rica en carnes rojas puede contribuir a la progresión de afecciones como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Para reducir el consumo de AGES, es necesario aumentar la ingesta de alimentos más saludables como verduras, pescado, frutas y cereales integrales, todos los cuales tienen un bajo contenido de AGE. Los lácteos también son buenos y, para no consumir tanta carne, se puede optar por legumbres, que aportan proteínas, nutrientes y fibra. Para la cocción recomiendan el uso de métodos húmedos y de baja temperatura, el estofado y el microondas.