La depresión es un trastorno del estado de ánimo que médicamente está causado por desequilibrios en los neurotransmisores que hay en el cerebro y que desencadena sentimientos de tristeza, abatimiento, falta de energía y culpabilidad. Hay que distinguir entre padecer este tipo de circunstancias alguna vez en la vida y lo que se conoce como trastorno depresivo mayor, que tiene una raíz más profunda, puesto que los síntomas son más graves y se extienden durante más tiempo. Para diagnosticarlo hace falta un especialista que realiza una exploración física y psicológica para prescribir el tratamiento adecuado.

En los últimos meses, los especialistas están alertando de que la situación de la pandemia al ser tan sostenida en el tiempo está aumentando las ratios de depresión entre niños, jóvenes y adultos. Los cambios tan profundos que está produciendo en nuestras vidas la Covid-19 ha alterado gravemente la vida de las personas, provocando el aumento de las patologías mentales.

La gran duración de la pandemia está provocando que se esté aumentado el número de casos de depresión en niños, jóvenes y adultos

Pero, ¿cuánto dura una depresión? Depende de factores de estilo de vida y de si se recibe o no un tratamiento oportuno. Puede durar varias semanas, pero en algunas personas se llega a extender meses o años.

La depresión suele desarrollarse en episodios o brotes, que se producen cuando una persona tiene síntomas de depresión durante al menos dos semanas. La duración de un episodio puede variar. Si bien algunas personas tienen solo uno, la mayoría de las personas con depresión tienen episodios recurrentes a lo largo de su vida, por eso el tratamiento es tan importante.

Los factores de riesgo de sufrir episodios más frecuentemente y, por lo tanto, de que su depresión se extienda por más tiempo, son los siguientes: padecer otra condición psiquiátrica (por ejemplo, un trastorno bipolar), antecedentes familiares de depresión, vivir eventos estresantes de la vida o un trauma pasado o carecer de tratamiento y de falta de apoyo social.

En casos de diagnóstico, se suele prescribir un tratamiento, que puede ayudar a curar la enfermedad en menos tiempo. Normalmente se recetan antidepresivos, que suelen consistir en inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, y antidepresivos tricíclicos. A veces, se puede usar una combinación de medicamentos, así como medicamentos contra la ansiedad.

La medicación y la psicoterapia son dos factores muy importantes a la hora de combatir la depresión

La psicoterapia puede ser también de gran ayuda, sobre todo para afrontar los episodios y adquirir herramientas para hacer frente a los pensamientos recurrentes que surgen en una depresión. Hay diferentes tipos, como la terapia dialéctica conductual y la terapia cognitivo conductual, que ayudan a identificar los desencadenantes que causan sentimientos de depresión, identificar las creencias negativas que minan su autoestima y proporciona estrategias para afrontar eventos y sentimientos negativos.