Un consorcio internacional de científicos publica este miércoles una colección de 23 estudios en la revista Nature, que describen el mapa más completo elaborado hasta ahora del genoma de 38 tipos de cáncer. Los resultados son un paso importante para el desarrollo de la medicina personalizada en el tratamiento del cáncer y, entre otros hallazgos, hay un nuevo método que identifica mutaciones años, o incluso décadas, antes de que aparezca un tumor.
Entre los 1.300 investigadores que han contribuido al proyecto figuran científicos catalanes del Centro de Regulación Genómica, la Universitat Pompeu Fabra, el Institut de Biologia Evolutiva, el Institut de Recerca Biomèdica Barcelona y el Barcelona Supercomputing Centre-Centre Nacional de Supercomputació.
Hasta ahora los científicos han buscado genes vinculados a la proliferación del cáncer en el 1% del genoma -contenido genético de una célula- que codifica las proteínas. En este estudio se ha secuenciado el 99% del genoma restante y los científicos desarrollan nuevos métodos para investigar el papel del 'genoma invisible' en la progresión del cáncer.
Entre los principales resultados de los 23 estudios publicados destaca un nuevo método que identifica mutaciones años o décadas antes de que aparezca un tumor y que, en teoría, abre la puerta a poder detectar el cáncer de forma preventiva.
Los estudios muestran que el genoma de un cáncer es complejo pero descifrable. Si se combina la secuenciación del genoma completo de un cáncer con las herramientas analíticas, se puede identificar cada cambio genético, los procesos que generan las mutaciones e, incluso, la orden de acontecimientos de un cáncer.
Los investigadores de los estudios han identificado, al menos, una mutación causante en el 95% de los tipos de cáncer analizados. También han descubierto procesos cancerígenos tan diversos como cambios en una sola letra del ADN hasta la reorganización de cromosomas enteros. Eso ayudará en el diagnóstico del cáncer y también en la identificación de nuevas dianas terapéuticas para el uso de fármacos.
El tipo de tumor puede ser identificado por los patrones de cambios genéticos en el genoma, que dan pistas sobre la causa del cáncer. Fumar o tomar el sol deja unos patrones característicos, mientras que algunos trastornos del cáncer heredados dejan un patrón diferente. El consorcio ha catalogado estos patrones, que pueden ser comparados con los del tumor de un paciente para facilitar el diagnóstico de cáncer cuando fallan las pruebas clínicas convencionales. "Ya sabíamos, pero ahora se confirma, que dejar de fumar remite las opciones de sufrir una alteración que comporte un cáncer de pulmón pero no las elimina completamente", explica Ivo Gut, director del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG-CRG), parte del Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona. "Por lo tanto, no fumar es mejor que dejar de fumar", añade.
El consorcio 'Pan-Cancer Analysis of Whole Genomes Project' (PCAWG) es una colaboración mundial en que participan 1.300 investigadores de 70 centros de 37 países diferentes. Es considerada la 'ONU' de los proyectos de secuenciación del genoma del cáncer. El proyecto se inició en el Ontario Institute of Cancer Research, en Canadá, y actualmente se coordina desde la Universidad de Glasgow, en Escocia.
Los 5.000 genomas de 2.658 donantes (una muestra del genoma de cáncer y una del genoma de base de cada donante) generaron más de 800 terabytes de datos. La base de datos será un recurso de acceso libre para la comunidad científica para acelerar nuevos descubrimientos como la identificación de dianas terapéuticas para fármacos existentes.
"Clave para el desarrollo de la medicina personalizada"
"Los descubrimientos son clave para el desarrollo de la medicina personalizada una vez la secuenciación del genoma de un cáncer sea común en el ámbito clínico", dice Gut. "En un futuro no muy lejano podremos diagnosticar el tipo de tumor con precisión, predecir con más certeza la progresión de un cáncer y qué tratamiento se tiene que escoger", afirma Gut, líder de uno de los grupos de trabajo que forman al consorcio. El CNAG-CRG ha contribuido al proyecto secuenciando 95 tumores primarios de leucemia linfática crónica.
Con todo, Gut se muestra prudente a la hora de decir si estos hallazgos nos acercan más a encontrar una cura para la enfermedad. "Nos aportan mucha más información, y eso es muy importante para los científicos", asegura. En este sentido, Gut explica que la base de datos es uno "primer paso" a partir del cual habrá que seguir investigando para encontrar "nuevas piezas del enorme rompecabezas en 5D" que es el cáncer.
En declaraciones a la ACN el investigador cree que el futuro pasa por que cada enfermo tenga un análisis de este tipo, de manera tal que se pueda utilizar toda la información sobre un enfermo de hoy para un enfermo de mañana". Y añade: "Está claro que queda mucho por aprender".
En todo caso, también considera que "desde el punto de vista del conocimiento" la investigación sobre la cura del cáncer avanza. "Si tengo diez veces más genomas, de diez veces más enfermos claro está que podemos avanzar más. Es el primer paso en un sistema de cómo analizar este tipo de enfermedad", explica.
"Un estudio internacional de esta magnitud ha sido posible gracias al trabajo y colaboración entre miles de investigadores y técnicos de todo el mundo y quiero felicitar a todos los implicados", declara Jan Korbel, miembro del comité directivo del proyecto e investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), en Heidelberg, Alemania.
Este trabajo ayuda a entender una dificultad médica que existe desde hace mucho tiempo. ¿Por qué dos pacientes con el mismo cáncer responden de manera muy diferente al mismo tratamiento? Mostramos que las razones que lo explican están escritas en el ADN. El genoma de cada paciente es único, pero hay unos patrones finitos, y con estudios suficientemente grandes podemos identificarlos y optimizar el diagnóstico y el tratamiento", afirma Peter Campbell, también miembro del comité directivo del proyecto y líder del grupo de cáncer, envejecimiento y mutación somática en el Wellcome Sanger Institute, en el Reino Unido.