Jaume Padrós ha entrado en la polémica sobre la Marató y la violencia obstétrica, después de que hasta este domingo noche se hubieran recaudado unos 5,7 millones de euros para la salud sexual y reproductiva. En un hilo de Twitter de este martes, el presidente del Col·legi de Metges de Barcelona ha criticado el uso de uno de los conceptos que ha marcado la edición de este año del programa especial que se emitió durante el fin de semana. Y es que, para empezar, Padrós ha considerado que "la denominación violencia obstétrica es de inspiración anglosajona que en nuestro ámbito puede comportar equívocos si se utiliza inadecuadamente, en un totum revolutum, o con finalidades ideológicas que desde la profesión médica rechazamos".
Hay que recordar qué es la violencia obstétrica: en pocas palabras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace referencia al trato irrespetuoso y ofensivo durante el embarazo, el parto y el postparto. Es decir, el trato negligente, ignorar los deseos de la embarazada o la imposición de técnicas cuestionadas por la comunidad sanitaria internacional, como la maniobra Kristeller (hacer presión del fondo uterino en el periodo expulsivo), entre otros. En la ley catalana del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, se añade que se basa en el hecho de "impedir o dificultar el acceso a una información veraz, necesaria para la toma de decisiones autónomas e informadas". Además, hay expertas que han apuntado la necesidad en ampliar la definición e incluir la menstruación, las primeras visitas al ginecólogo y todo aquello que acompaña a las mujeres durante su vida sobre la salud obstétrica.
Dicho esto, Padrós ha querido recordar que "la profesión médica se rige sobre prácticas asistenciales que van variando en el tiempo y se tienen que ir adecuando en cada momento a la seguridad clínica, la buena praxis y al código de deontología". "El uso que hacen algunas personas del término violencia obstétrica genera rechazo en la mayoría de profesionales de la salud, en la medida en que sugiere intencionalidad y voluntad de ejercer violencia sobre las mujeres. Y eso es inaceptable", ha señalado, aunque el Govern ya impulsó este lunes un plan pionero contra la violencia obstétrica con la aclaración que "no se busca acusar, sino mejorar". De hecho, uno de los objetivos del ejecutivo catalán es que las cesáreas en embarazos sin riesgo no superen el 15%.
El presidente del Col·legi de Metges de Barcelona ha continuado con la afirmación que "muchos médicos perciben que se cuestiona su profesionalidad cuando su objetivo es precisamente velar por la salud y el bienestar de las personas". "El nivel de satisfacción de la inmensa mayoría de las mujeres de nuestro país que han precisado asistencia durante el embarazo y parte (según la encuesta realizada últimamente por el Departamento de Salud) es altísimo. Siempre, sin embargo, hay margen de mejora", ha indicado. Finalmente, Padrós ha expresado que "siempre se tiene que poner la persona y sus necesidades y derechos en el centro de la asistencia haciéndolo compatible con la imprescindible seguridad clínica y la ética asistencial". "Situémoslo en el ámbito que le corresponde, como toda actividad clínica", ha concluido.