AstraZeneca y Janssen. Estos son posiblemente los nombres más repetidos en la prensa internacional los últimos días, y es que el miedo por los trombos que han causado estas vacunas contra la Covid en una ínfima parte de pacientes ha desencadenado una crisis de confianza en la vacunación.

En un contexto de creciente incertidumbre, los países han adoptado diferentes estrategias, sobre todo con respecto a la de AstraZeneca. Los estados de la Unión Europea habían empezado conjuntamente la vacunación con este fármaco y, ante las paradas y obstáculos por las nuevas informaciones que iban surgiendo, cada territorio ha hecho su camino: Dinamarca ha suspendido definitivamente el suministro, Alemania ha decidido combinarla con dosis de otras vaccinias y otros países siguen como si nada hubiera pasado.

Sea como sea, Europa no renovará el contrato con la farmacéutica y ahora el gran interrogante es qué hacer con las personas que ya se habían vacunado con una dosis de AstraZeneca.

Varios especialistas consultados por este diario apuntan que hay diferentes estrategias: seguir con normalidad, que los pacientes se queden finalmente sólo con una dosis puesta, esperar meses a poner la segunda dosis a fin de que la vacunación avance o poner una segunda dosis que sea de Pfizer o Moderna.

Las opciones sobre la mesa

De momento, Catalunya sigue la vacunación y hoy día destina esta vacuna en gran medida a las personas de entre 60 y 69 años. Todas ellas, reciben las dos dosis de AstraZeneca. Este colectivo no preocupa especialmente, ya que el riesgo de trombo es más bajo. Los problemas surgen mayoritariamente con los pacientes jóvenes. Y está aquí donde se genera el debate: ¿qué hacer con las que ya han recibido una dosis?

Imagen: La vacunación de AstraZeneca entre las personas de 60 y 69 años en Catalunya / EFE

Hoy por hoy, se pone la segunda de AstraZeneca con normalidad, pero ciertas voces sanitarias catalanas apuestan por seguir otras estrategias. La doctora Sílvia de Sanjosé, directora del Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento Científico de la Covid, propone parar las segundas dosis entre este colectivo y ponerlas, si se demuestra la seguridad, dentro de unos meses.

"Con la primera dosis el grado de inmunización en jóvenes ya es alta. La segunda es sólo recordatoria. Por lo tanto, lo que podemos hacer es esperar, meses si hace falta, que salgan nuevos estudios e investigaciones que nos digan si es seguro poner la segunda," explica a ElNacional.cat.

Eso, para el doctor Albert Altés, presidente de la Sociedad Catalana de Hematología y Hemoterapia, no sería una buena opción, ya que afirma que los trombos se han producido mayoritariamente con la administración de la primera dosis.

Otras alternativas

Altés también rechaza lo que ha hecho Alemania con los menores de sesenta años que hayan recibido AstraZeneca: combinar vacunas y poner la segunda dosis de Pfizer o Moderna. Eso, para el hematólogo, se trata de una "violación ética y clínica", ya que no hay ningún estudio que demuestre la compatibilidad y podría agravar todavía más los riesgos.

Así pues, el doctor es partidario de, o bien seguir con la vacunación como hasta ahora, o no poner ninguna otra dosis de AstraZeneca a los pacientes jóvenes que hayan recibido la primera.

Las estrategias que están emprendiendo los países son diversas y, en algunos casos, contradictorias. Todavía no se sabe qué pasará con estas dos vacunas, pero las autoridades apuestan por seguir investigando paralelamente al proceso de vacunación e insisten en que son seguras. Los médicos reiteran que si se pone en una balanza el binomio beneficio-riesgo, los pros de la vacuna siempre ganan. Además, ahora ya hay un tratamiento para los trombos que provocan en algunos casos las vacunas y, por lo tanto, el riesgo todavía es menor.

Imagen principal: Una dosis de la vacuna de AstraZeneca / EFE