Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, una fecha en la que es importante recordar a todas aquellas personas que están sufriendo esta terrible enfermedad. Pero también es una jornada para la esperanza, porque gracias al esfuerzo de miles de profesionales en todo el mundo, cada vez estamos más cerca –a pesar de las dificultades– de lograr grandes avances para poder curar una enfermedad que tantas vidas se cobra cada año.

En los últimos años, se han desarrollado nuevas terapias que han logrado aumentar las cifras de supervivencia y que han abierto el camino para la cura definitiva del cáncer. Y, aunque nadie se aventura a decir una fecha exacta, todos coinciden en que los avances son muy importantes y podría llegar antes de lo que pensamos.

Junto a los tratamientos más comunes, la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía tumoral o, en el caso del cáncer de próstata y de mama, la terapia hormonal, se han sumado otras terapias que, bien por sí solas o en combinación con otras, ayudan a vencer el cáncer de manera más eficiente y tienen menos efectos secundarios. Las que se nombran a continuación, son algunas de ellas.

La inmunoterapia

El objetivo de este tratamiento es reforzar la respuesta de nuestro sistema inmunológico para que haga frente a la expansión del tumores cancerosos en nuestro organismo. Existen varios tipos, como los llamados inhibidores de punto de control”, unos fármacos que interfieren con la capacidad de las células cancerígenas para burlar las defensas y expandirse.

Otro tipo es la transferencia adoptiva celular, que refuerzan mediante una técnica de laboratorio la actividad de las células T (los glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico) para hacer frente a la enfermedad; se les conoce como terapias CAR-T y están demostrando su eficacia en el tratamiento de los linfomas y la leucemia, logrando por primera vez una larga supervivencia en los pacientes.

Por su parte, los llamados anticuerpos terapéuticos, son unas proteínas del sistema inmunitario creadas en el laboratorio diseñadas para adherirse a las células enfermas para marcarlas y que las destruya el sistema inmunitario.

Virus terapéuticos y vacunas dendríticas

El uso de los virus terapéuticos comenzó en el Reino Unido y consiste en una técnica por la cual se utiliza un virus para atacar a las células cancerígenas en concreto, dejando intactas las sanas. Por otro lado, las vacunas dendríticas, que también se podrían considerar como otro tipo de inmunoterapia, consisten en extraer las células dendríticas (importantes en la respuesta inmune del cuerpo) y dotarlas con antígenos específicos de tumor, para inyectarlas de nuevo en el cuerpo para estimular el sistema inmunológico.

Las nanopartículas

Con el objetivo de desarrollar medicamentos que ataquen directamente al tumor y métodos de búsqueda para encontrar microtumores de una forma precisa y eficiente, se está haciendo uso por parte de la comunidad científica de las nanopartículas, unas partículas microscópicas que pueden atacar las células cancerígenas sin dañar las células sanas del entorno. Una de las técnicas que se han desarrollado consiste en un tratamiento hipertérmico, que utiliza temperaturas altas para reducir el tamaño del cáncer.

La epigenética

Hace referencia a los cambios en los genes que no están motivados por una alteración en el código del ADN. Según las investigaciones, algunos tipos de cáncer están determinados por factores epigenéticos que interactúan en todas las etapas del desarrollo del cáncer y que promueven la progresión del mismo. Por lo tanto, es muy importante saber cuándo y dónde intervenir. Precisamente sobre esta cuestión están trabajando numerosos equipos de científicos en todo el mundo con el objetivo de determinar la expresión de qué genes se puede necesitar activar o desactivar para frenar la enfermedad.