Al principio se hablaba de ocho, pero la Comunidad de Madrid ha elevado a 23 los casos sospechosos de viruela del mono. La Consejería de Sanidad madrileña ha señalado que "en estos momentos se encuentran en estudio en coordinación con el Centro Nacional de Microbiología, que cuenta con la técnica necesaria para confirmar o descartar este primer diagnóstico." El Ministerio de Sanidad comunicaba este miércoles por la mañana los primeros ocho posibles casos de la viruela del mono en la capital española, aunque la información remitida por la comunidad autónoma apunta al hecho de que la cifra puede ser bastante más alta.

Si bien la transmisión de la enfermedad se produce generalmente por vía respiratoria, la Consejería ha explicado que en estos 23 casos el contagio se ha producido probablemente por contacto con mucosas durante relaciones sexuales. En cualquier caso, también ha asegurado que estas personas "evolucionan positivamente y se encuentran aisladas en sus domicilios". "Se tiene que mantener una vigilancia estrecha, ya que pueden llegar a necesitar el ingreso hospitalario", ha advertido, aunque ninguno lo ha requerido todavía. Hoy por hoy, la Dirección General de Salud Pública está a la espera del resultado de las pruebas de laboratorio y valora el papel de la vacuna de la viruela para el control de la transmisión. Al mismo tiempo, se plantea el uso de antivirales si son necesarios. También está realizado la investigación epidemiológica a los afectados e identificando los posibles contactos.

Síntomas de la viruela del mono / Agencia Británica de la Salud

Todo empezó el pasado 15 de mayo, cuando el Reino Unido lanzó una alerta sanitaria a la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque detectó los cuatro primeros casos en Europa. Después de esta alerta, los técnicos de la Dirección General de Salud Pública informaron el sistema sanitario madrileño describiendo los síntomas, de manera que se pudo identificar a los ocho primeros afectados que se reprimieron el martes en el Ministerio de Sanidad.

La viruela del mono es causada por un virus que tiene su origen en África Occidental y Central. La infección se divide en dos periodos. Primero, el llamado periodo de invasión que dura entre 0 y 5 días y en que se puede sufrir fiebre, dolor de cabeza intenso, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), mal de espalda, mialgia (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía). Más o menos entre 1 y 3 días después de la aparición de la fiebre, el paciente desarrolla una segunda fase que consiste en una erupción que se produce en la piel. Afecta a la cara en más del 90% de los casos y las palmas de las manos y las plantas de los pies en el 75%. También se ven afectadas las mucosas orales en el 70% de los casos, las genitales en un 30%, y las conjuntivas en un 20%, así como la córnea.

Tratamiento

La evolución tiene lugar de la siguiente manera. En primer lugar, aparecen máculas o manchas con una base plana, que dan lugar a pápulas –lesiones elevadas, tipos habas–, después vesículas –llenas de un líquido transparente–, pústulas –lesiones llenas de líquido amarillento– y, finalmente, costras, que se secan y caen. Pueden aparecer pocas o centenares de ellas por todo el cuerpo. La viruela del mono suele ser leve, sin embargo, tiene una tasa de mortalidad de entre el 1% y el 10%, siendo los niños los más vulnerables y con más probabilidad de morir.

Se trata de un virus que no se transmite fácilmente entre personas y se cree que puede producirse a través de los fluidos corporales o por el aire mediante el contacto personal próximo con una persona sintomática infectada. No existe un tratamiento específico recomendado, pero los estudios apuntan que la vacunación contra la viruela tiene una eficacia de los alrededores del 85% en la prevención de la enfermedad.