Una mala alimentación ya mata más que el tabaco o la hipertensión. De hecho, es responsable de una de cada cinco muertes prematuras. En total, hasta 11 millones de muertes prematuras en el año 2017 se pueden atribuir a una mala dieta, según una investigación que ha publicado la revista The Lancet.
La hipertensión causa, aproximadamente, unos 10,4 millones de muertes, y el tabaco, 8. El estudio también hace referencia al hecho que la dieta es responsable de 255 millones de años perdidos por enfermedad o discapacidad, o sea, el 16% del total.
La investigación, que ha analizado un total de 195 países, concluye que la proporción más alta de muertes relacionadas con la dieta es Uzbekistán, mientras que la más baja se registró en Israel. Estados Unidos se encuentra en el lugar 43, China en el 140 e India en el 118. ¿Y dónde está España? Pues se sitúa en el grupo de países donde hay menos riesgo por mala alimentación, menos de 105 muertes por cada 100.000 habitantes.
El consumo de alimentos más saludables, con frutos secos y semillas, leche y granos enteros, fue, por término medio, demasiado bajo, con mucha ingesta de bebidas azucaradas, carne procesada y sal.
De esta forma, el estudio ha encontrado que poco más del 12% come la cantidad de frutos secos y semillas adecuada, eso quiere decir que tendemos a consumir tres gramos en comparación con los 21 recomendados. La investigación recoge también que se bebe hasta 10 veces más la cantidad recomendada de bebidas azucaradas. Las dietas altas en azúcares, sal y grasas saturadas son reconocidas como factores de riesgo por enfermedades del corazón, derrames, diabetes y muchos tipos de cáncer.
De forma desglosada, las muertes vinculadas con la dieta, según el estudio, casi 10 millones de estos 11 millones de muertes del 2017, fueron por enfermedades cardiovasculares, unas 913.000 por cáncer y casi 339.000 por diabetes de tipo 2.