Nos recibe con un montón de dosieres encima de la mesa de su despacho. Pierre Malchair, especialista en medicina interna y tropical y jefe de emergencias del Hospital Bellvitge, explica que todo el papeleo es para la reunión que tiene la semana que viene para definir un protocolo de actuación detallado si hay un rebrote por coronavirus: "En los hospitales de España no hay un plan de catástrofes sanitarias bien definido y escrito que se pueda adoptar a cualquiera de ellas y tenga presente un aumento repentino del número de víctimas". Una afirmación que choca con el "mejor sistema de salud" que la clase política ha reiterado en las ruedas de prensa de los últimos meses.

"No estábamos preparados"

Malchair, nacido en Liège, asegura que en "Bélgica y otros países europeos estaban probablemente poco preparados pero tienen más capacidad de absorción por camas de UCI y más recursos". Por capacidad se refiere al material pero también al personal, los protocolos y un circuito claramente definido y va más allá: "No estábamos preparados con una coordinación entre todos los hospitales".

Con una larga trayectoria anterior en Médicos sin Fronteras, Malchair ha vivido catástrofes humanitarias en otros países en vías de desarrollo como Pakistán, Haití o el Congo y hace la comparativa con el coronavirus: "Con menos recursos pero cuando trabajava allí, siempre teníamos preparados planes de catástrofes en nuestros propios proyectos". Y pone ejemplos concretos de aquí: "Los primeros diez días fueron caóticos". Las recomendaciones que ahora se quieren establecer se pondrán a debate en una reunión programada para jueves de la semana que viene.

Profesionales sanitarios en un pasillo del Hospital de Bellvitge, ACN

De estos tres meses frenéticos, hay dos caras de una misma moneda. Malchair considera que la buena es la colaboración de todo el personal, "la solidaridad de la medicina primaria y las especialidades" desvinculadas de los problemas por la covid-19. En este ámbito pueden haber pediatras, psiquiatras, entre otros. Pero también la flexivilidad y la solidaridad de todo el mundo: "Nadie ha contado las horas que hemos hecho y el nivel de quejas internas disminuye". La parte negativa es el impacto psicológico con turnos de doce horas que han provocado fatiga física y estrés psicológico. De hecho, las bajas del personal sanitario han sido en primer lugar por coronavirus y en segundo por desgaste mental.

Vacaciones obligadas hasta septiembre

Malchair dirige un equipo de treinta médicos en urgencias. Bellvitge, durante la pandemia incrementó este mismo equipo hasta llegar a los 150, contando también los residentes. El gobierno catalán prevé un rebrote por coronavirus en otoño de una cierta intensidad.

Los hospitales deben tener todos los efectivos preparados para entonces pero también hay que pensar en el ahora: "Te juro que necesitamos vacaciones, es obligatorio". Mayoritariamente, las vacaciones para el personal sanitario se han establecido como máximo hasta el 30 de septiembre a realizarlas de forma completa. El motivo va por dos vías: el descanso y bienestar de los profesionales y la previsión de que se pueda repetir la misma historia.

¿Cómo han cambiado las urgencias?

Actualmente, las urgencias por adultos están restringidas a sus familiares que tan sólo pueden quedarse en lugares especiales, principalmente las salas de espera. El uso de la telefonía se ha incrementado y es una herramienta básica: "Contactamos con los familiares del paciente, los informamos. Ya nos gustaría que pudieran estar con ellos. Acompañar a un enfermo siempre es positivo".

Ahora, hay que priorizar la prevención. Las urgencias es el primer lugar por donde entran y si ingresan se les hace automáticamente la prueba del PCR. Pero el acceso al resto de plantas también ha cambiado. Los horarios de visitas están restringidos y, obviamente, no puede faltar la mascarilla ni el gel hidroalcohólico.

Un doctor de Bellvitge hace una ecografía a un paciente, ACN

Ha cambiado el sistema pero también el perfil del paciente: "Pocos vienen por una patología leve, quizás por respecto a nuestro trabajo o simplemente por miedo". Ahora, las urgencias de un hospital van volviendo a la tranquilidad pero hay que recordar que todavía están cubriendo una parte importante de los CAP, Centros de Atención Primaria, que todavía están imitados con los nuevos protocolos por el coronavirus. Y con el problema añadido que ya no pueden contar con la ayuda de ellos como en los días de plena pandemia porque estos han tenido que volver a sus lugares respectivos.