Poco antes de las 10 de la mañana, la puerta del edificio de La Maternitat en la Travessera de les Corts de Barcelona se llenaba de personas vestidas con una bata blanca, que, pancarta en mano, entraban al recinto para plantarse delante de la sede del Departament de Salut en lo que es el primer día de huelga de médicos. Mientras tanto, de los autobuses que aparcaban cerca de la zona bajaban también decenas de profesionales de la sanidad vestidos con su uniforme y con los guantes puestos, venidos de todo el país para unir fuerzas. Algunos de los médicos aprovechaban los minutos de retraso para ir a buscar desayuno y otros ya empezaban a silbar y hacer ruido con las bocinas que les han proporcionado los organizadores de la huelga. Muy pocos han ido a estas manifestaciones solos, sino que cerraban filas con otros compañeros de sus respectivos centros, ya sean hospitales, centros de atención primaria, así como de salud mental. Los psicólogos, que han denunciado que la salud mental todavía es considerada de segunda, no han querido quedar atrás en sus reivindicaciones y no han faltado a la cita.
Médicos de todas las edades reivindican la misma causa
"¿Que por qué venimos? Pues por eso", dice Mercè, una médico de la atención primaria en Barcelona, mientras señala su pancarta, en la que se puede leer claramente: "Vocación no es explotación", uno de los lemas que se ha ido repitiendo durante la manifestación entre el Departament de Salut y la estación de Sants. Desde un primer momento ella y su amiga Conxi se han mostrado convencidas de que la protesta sería multitudinaria, señalando que en su CAP, menos los servicios mínimos, todo el mundo iba a la huelga. Otra médico que se ha remitido a sus pancartas ha sido Rosa, pediatra en la atención primaria. En estas, había escrito: "En los CAP, que pediatra no falte ninguna" y "Consultas Pediátricas desbordadas, atención deficitaria".
Esta manifestación ha servido a muchos médicos no solo para reivindicar lo que consideran que son sus derechos como profesionales, sino también para reencontrarse con antiguos compañeros de facultad que hacía mucho tiempo que no veían. Así lo ha explicado Júlia, que trabaja en la atención domiciliaria en Badalona y que ha ido a la protesta con amigas que ha hecho trabajando en otros centros. Para ella, hay una de las frases que lucían los trabajadores que resume el porqué de la huelga: "Lo hemos dado todo y no nos han dado nada", ha lamentado, recordando que, incluso, algunos de sus compañeros han muerto durante la pandemia.
Médicos citando a Shakira
Mientras espera para salir del recinto del Departament de Salut, Carina, una médico residente en el Hospital de Bellvitge, explica que esta es la primera vez que se manifiesta en Barcelona, pero no en Madrid, donde vivía antes y en los últimos meses los médicos también están en pie de guerra contra el gobierno de Isabel Díaz Ayuso y su gestión sanitaria. Según ella, ahora mismo, la situación a la atención primaria es peor en Madrid, pero no ha dudado en salir a la calle para mejorar el sistema también en Catalunya. Carina era seguramente una de las manifestantes más jóvenes y han sido los de su generación quienes han citado a Shakira a la hora de pedir a Salut mejores condiciones para hacer su trabajo: "Los sanitarios ni lloran ni facturan, emigran".
Aplaudidos por algunos de sus pacientes
Hoy las calles de Barcelona se han llenado de manifestantes de todas las edades: tanto los más jóvenes, incluso estudiantes de sexto de medicina o hijos de profesionales, como aquellos que hace unos años que se han jubilado. Por eso, para muchos, esta no ha sido, ni mucho menos, la primera manifestación de su vida, como en el caso de Eulàlia, de Sabadell, que se describe a sí misma como una "veterana" de este tipo de acontecimientos. Aunque ha estado satisfecha por la respuesta, con más 9.000 facultativos en la calle, al mismo tiempo ha considerado que faltaba gente, en referencia a la ciudadanía: "es a ellos a quien verdaderamente les afecta todo".
No muchos metros más allá, estaba Marisa, una mujer que al lado de su marido aplaudía a los sanitarios a su paso por la avenida de Carlos III. No sabía que se manifestaban, pero cuando los ha visto, ha querido darles apoyo. Al otro lado de la calle, un grupo de adolescentes hacía lo mismo. En su caso, se han definido como futuros TES (Técnicos de Emergencias Sanitarias). Ellos sí que sabían que había manifestación, pero no que pasaba por delante su centro educativo: "Los aplaudo porque estoy haciendo prácticas y ya sé por lo que tienen que pasar", ha resumido un chico de solo 16 años. En la plaza de Sants, un grupo de amigas esperaba a que pasaran los sanitarios. Rosa, que ha hecho de portavoz, dice que ellas nunca han sido médicos, pero sí usuarias que no notan las carencias del sistema por el esfuerzo que hacen los médicos de disimularlos y ha lamentado que muchos se tengan que marchar del país para tener mejores condiciones laborales: "Los tendríamos que valorar más", ha concluido.