La mayor parte de las mujeres no logran tener orgasmos únicamente con la penetración, hasta un 70%, y el resto necesita estimulación del clítoris para alcanzar el clímax.

Pero eso no quiere decir que no se pueda lograr mientras se produce la penetración en sí, porque existen diversas posturas que facilitan el rozamiento en esa parte de la anatomía femenina y, por lo tanto, la estimulación externa que permiten un orgasmo placentero. Estas son las posturas sexuales que más lo favorecen.

Misionero

Aunque parece una postura básica, lo cierto es que el misionero podría ser una de las mejores posiciones sexuales para un orgasmo. El contacto no es sólo genital, sino más general, muy agradable y profundo. Permite hablar, besar, establecer contacto visual… Aunque para hacerlo bien y lograr la estimulación del clítoris es necesario frotar la pelvis contra la de la pareja, para obtener sensaciones más placenteras.

Levantamiento de glúteos

En realidad, es una variación del misionero. Se deben colocar los tobillos sobre los hombros de la pareja y levantar el glúteo en el aire para que la pareja pueda agarrarlo o sostener las piernas. Eso deja el suficiente espacio para que tanto la mujer como su pareja puedan tocar el clítoris, puesto que se expone la parte superior del monte de Venus. También se puede utilizar un vibrador de dedos que puede resultar muy útil.

A horcajadas

Para tener una estimulación del clítoris durante el sexo, otra buena posición es estar arrodillado y sentada a horcajadas sobre la pareja, frente a él. Suele ser más satisfactoria si se añade un lubricante, para facilitar la fricción de ambas pelvis y que la sensación sea más agradable. También se puede inclinar hacia atrás y sujetar las piernas de su pareja, o inclinarse hacia adelante para sujetar sus hombros. De esta forma, cambia el ángulo y los diferentes puntos en los que se puede rozar el clítoris para alcanzar el orgasmo.

A horcajadas invertida

Es una variación de la anterior, utilizando la pierna de la pareja. Se coloca una almohada debajo de la parte baja de la espalda de él, que debe doblar la rodilla para que el pie esté plano sobre la cama. Luego la mujer se sube a la parte superior y se coloca a horcajadas tipo vaquera a la inversa, colocando una de las piernas entre la de él y la otra en la parte exterior de la pierna doblada. El objetivo es frotar el clítoris contra el muslo.

Posición del perro

Otro clásico, que consiste en que la mujer se ponga en cuadrupedia, apoyando manos o antebrazos mientras la pareja penetra por detrás. Permite una penetración muy profunda y, si libera las manos, puede a la vez estimular el clítoris mientras la penetración se está produciendo.