La dieta cetogénica o Keto se ha convertido en una auténtica revolución en el mundo de la alimentación. Denostada por muchos, lo cierto es que es una de las más seguidas para la pérdida de peso y muchos expertos la recomiendan según en qué casos por su bajo contenido en azúcares. Se trata de un tipo de alimentación que debe aportar de un 60 a un 75% de las calorías procedentes la grasa, de un 15 a un 30% de las proteínas y de un 5 a un 10% de los carbohidratos.

El objetivo es que el organismo se quede sin su fuente de combustible principal, la glucosa, y comience a descomponer principalmente la grasa para obtener energía. Este proceso se llama cetosis y provoca una pronunciada pérdida de peso si se mantiene en el tiempo.

El queso, al ser un alimento rico en grasa y bajo en carbohidratos es uno de los permitidos y además puede ayudar a enriquecer y dar sabor a muchas recetas.  Pero existen algunos tipos más indicados que otros para este tipo de alimentación:

Cheddar

Por porción de 30 gramos, proporciona más de 9 gramos de grasa, 7 gramos de proteína y menos de 1 gramo de carbohidratos. Mantiene un equilibrio perfecto de acidez y cremosidad y un punto de fusión bastante bajo, ideal para derretir en los guisos.

Cheddar

Gouda

Es un queso cremoso, ligeramente dulce y de color amarillo elaborado con leche de vaca. Con 8 gramos de grasa, 7 gramos de proteína y solo 1 gramo de carbohidratos por porción de 30 gramos, se puede utilizar  para cubrir la carne y darle sabor.

De cabra

El queso de cabra tiene un sabor agrio que aporta un sabor diferente a platos como ensaladas, tortillas y otro tipo de aperitivos. Eso si, no es particularmente bueno para derretir. Es más bajo en lactosa que muchos otros tipos de queso elaborado con leche de vaca, por lo que las personas con intolerancia a la lactosa lo pueden digerir mejor.

Azul

Es un queso especial, con un sabor muy profundo y una textura cremosa. Presenta por porción, 8 gramos de grasa, 6 gramos de proteína y 1 gramo de carbohidratos. Se puede agregar a las ensaladas, o mezclar en salsa para verduras o carne.

En cambio, otros quesos que deberían evitarse en la dieta cetogénica son el queso cottage, un queso fresco elaborado separando la cuajada de caseína y el suero líquido, las dos principales proteínas de la leche, pero es más alto en carbohidratos que las variedades anteriores. Tampoco es de lo más conveniente el queso bajo en grasa, porque precisamente la dieta cetogénica se centra en alimentos ricos en grasas y bajos en carbohidratos. Por último, los quesos procesados, aunque tienen mucha grasa, también tienden a contener ingredientes que no se encuentran en los quesos producidos naturalmente, como se recoge en este estudio.