La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por exceso de tejido adiposo o grasa en el cuerpo. Según la OMS se considera obesidad cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o superior a 30kg/m2. La obesidad se ha vuelto más frecuente en todo el mundo en todos los grupos de edad y es una señal de varias enfermedades crónicas importantes, por eso evitarla puede ayudar a una persona a evitar algunas de ellas.
La Fundación Española del Aparato Digestivo ha creado una calculadora del Índice de masa corporal (IMC) que lo calcula aportando los datos de peso y altura, estableciendo una recomendación en cada caso según los resultados individuales de cada persona. Además, ha elaborado un documento que enumera las diferentes estrategias de tratamiento endoscópico de la obesidad, así como las técnicas con recomendaciones de uso.
Disminuir el volumen gástrico
Las técnicas de disminución del volumen gástrico son las más populares y dentro de estas existen unas más temporales o definitivas. El balón intragástrico es la más conocida, y aunque existen diversos tipos de balón, en general están hechos de un material plástico de alta resistencia y diseñados para mantenerse de 6 a 12 meses.
Esta técnica se propone en pacientes con una obesidad leve con índice de masa corporal (IMC) de 31-35. En algunos casos de obesidad mórbida se utiliza para conseguir una disminución de peso previo a una eventual cirugía, aunque esta es una indicación muy específica.
La colocación del balón se debe de acompañar siempre de un cambio dietético controlado por un especialista. El balón produce una saciedad temprana, pero el simple hecho de tenerlo no provoca que el paciente pierda peso. Una vez transcurrido el tiempo aconsejado, de entre 6 y 12 meses, se extrae el balón por vía endoscópica bajo sedación. Aunque también hay balones que son ingeribles que no precisan de endoscopia para la colocación ni retirada y otros que solo requieren endoscopia para su retirada.
Reducción de la expansión del estómago mediante una técnica endoscópica restrictiva. Dentro de estas técnicas, la más popular es la técnica de sutura “Apollo”, que se recomienda en pacientes con un IMC entre 31 y 40. Esta técnica es más duradera que el balón y consiste en la realización de múltiples suturas en el cuerpo del estómago para disminuir su volumen. De esta forma se crea un reloj de arena que retrasa el paso de la comida y aumenta la sensación de saciedad con la consiguiente pérdida de peso.
Esta técnica se realiza mediante una endoscopia en el quirófano y suele durar menos de una hora. Posteriormente hay que seguir un adecuado control nutricional con incremento progresivo de la ingesta que se va adaptando semana a semana.
Alterar el tránsito
El transito se puede alterar creando un atajo o bypass que evita el paso de la comida por el duodeno.
-Bypass que evita el paso de la comida por el duodeno al exterior mediante un puerto de acceso al estómago y un sistema de aspiración. Por ejemplo, la terapia Aspire, que es una técnica novedosa y efectiva, pero resulta un poco engorrosa en la vida diaria. Consiste en colocar un tubo entre el estómago y la pared abdominal, (lo que se denomina una gastrostomía). A través de este tubo se puede aspirar el contenido del estómago utilizando una máquina de aspiración especial, y la cantidad que se debe aspirar esta preestablecida.
-Bypass entre el estómago y una parte más distal del intestino delgado. Se consigue con imanes o con una prótesis metálica con un diseño especifico que se denomina de aposición luminal. La principal complicación es que no se puede regular la cantidad de nutrientes que van a pasar por el bypass. Estas técnicas no se utilizan en la práctica clínica habitual.
-Inyección de ácido hialurónico o toxina botulínica A en el antro gástrico. Estas son técnicas menos utilizadas con el objetivo de producir un enlentecimiento del vaciamiento gástrico condicionando una saciedad precoz y por tanto pérdida de peso.
Modificar la absorción a nivel duodenal
Este grupo de técnicas actúan sobre el duodeno intentando que los nutrientes no se absorban. Se utilizan también para el tratamiento de la diabetes ya que mejoran los índices glucémicos. o Utilización de un forro o cubierta plástica que cubre el duodeno. Se trata de una manga plástica que se ancla en la salida del estómago y cubre todo el duodeno para evitar la absorción de los alimentos a este nivel durante 12 meses. El mayor problema con esta técnica está en la colocación del sistema de anclaje y las dificultades para retirarlo. o La técnica de resurfacing consiste en realizar una ablación mediante radiofrecuencia de toda la superficie del duodeno.