China sufre un nuevo dolor de cabeza. La séptima ola de la covid-19 ha llegado al gigante asiático, hasta el punto que la mortalidad se ha disparado en Hong Kong. La enfermedad ha provocado ya a más de 2.800 muertes desde el 1 de marzo en la región autónoma, a pesar de la estricta política de covid cero que aplica Pekín desde el inicio de la pandemia. La cuestión es que el país se enfrenta a una explosión de casos de covid inédita desde el brote de Wuhan, con rebrotes en el nordeste del país y en las metrópolis tanto de Shenzen (frontera con Hong Kong) como de Shanghái. Sin ir más lejos, China ha notificado este martes la detección de 3.602 casos locales de covid en su parte continental. Eso es un 3% de todos los contagios registrados desde que empezó la pandemia, ya que las autoridades chinas solo han comunicado 120.504 infecciones desde finales del 2019 y tan solo 4.636 defunciones (estos datos parecen excluir Hong Kong).
Este rebrote sin precedentes tiene lugar en medio de la estrategia de covid cero, que incluye el cierre de fronteras para los no residentes, pruebas masivas de PCR y restricciones de movimiento allí donde se detecta algún caso. La semana pasada se aprobó el uso de tests de antígenos para "complementar" la estrategia existente, de los cuales la provincia de Jilin (la más afectada) ha hecho un pedido de doce millones de unidades. Estas pruebas más económicas permitirán "acelerar campañas de tests a gran escala y proporcionar en China un camino para convivir con el virus".
La política covid cero no acepta debate
Voces tanto políticas como sanitarias del país asiático han defendido recientemente la idoneidad de la severa política china, aunque algunos expertos habían dejado entrever un cambio en la política. El epidemiólogo Zhang Wenhong ha asegurado que "no es el momento de debatir sobre la política de covid cero", sino de utilizar "este periodo como oportunidad para diseñar estrategias antipandémicas más sabias, completas y sostenibles." Por su parte, la vicepresidenta china, Sun Chunlan, ha pedido "esfuerzos en las campañas de pruebas PCR y en las cuarentenas" por parar "todos los contagios", así como ha reivindicado la necesidad de aislar los casos asintomáticos.
La vicepresidenta ha hecho estas declaraciones en su viaje hacia la provincia de Jilin (nordeste), la más afectada por el rebrote. La región hace frontera con Rusia y Corea del Norte y tiene como capital la ciudad de Changchun, que el viernes pasado fue confinada junto con sus nueve millones de habitantes (más que Catalunya). Ahora se ha aislado toda la provincia de Jilin: sus millones de habitantes tienen prohibida la salida de la región desde este lunes, una directriz que no se aplicaba a China desde que se vetó salir los pobladores de la provincia central de Hubei, la capital de la cual es Wuhan, durante el primer brote de la pandemia a principios del 2020.
Sin muertes en Jilin
Jilin tiene un tamaño similar al de Catalunya y se enfrenta a una "situación grave y complicada", según las autoridades sanitarias locales. Ya se ha completado la construcción de cinco hospitales provisionales con capacidad por 22.880 camas mientras se siguen construyendo más. A diferencia de Hong Kong, la provincia no registra a ninguna muerte y la inmensa mayoría de los infectados en este rebrote (3.059 de los 3.076 detectados lunes) muestran "síntomas leves". Sin embargo, la actual estrategia de covid cero prevé el aislamiento de todos los infectados y sus contactos estrechos en instalaciones destinadas al mismo aislamiento, algo que añade presión al sistema hospitalario de los lugares donde se registran rebrotes. China ha movilizado a 7.000 soldados para participar en las tareas de prevención pandémica, que incluyen pruebas masivas de PCR en la población allí donde se detecta algún caso, tal como ha sido habitual en el país durante toda la pandemia. El gobernador de la región, Han Jun, se ha mostrado confiado y ha prometido que se conseguirá "cortar la cadena de contagios sociales" antes de una semana. Eso quiere decir que solo se detectará transmisión en las mencionadas instalaciones de aislamiento.
Las regiones de Jilin y Hong Kong no son las únicas gravemente afectadas por la covid-19. También destaca la ciudad meridional de Shenzen, con 17 millones de habitantes, que decretó durante el fin de semana la cancelación de los servicios de transporte público y se han restringido los movimientos en los barrios después de un rebrote que deja 551 casos activos en la urbe. Por su parte, Shanghái tiene 671 casos activos y ha prohibido que muchos residentes salgan a la calle, mientras que ha cerrado las escuelas.