Según la Clasificación Internacional de Trastornos Mentales y de Comportamiento, publicado por la OMS en Ginebra en 1992, el trastorno narcisista de la personalidad está incluido en la misma lista de otros trastornos de la personalidad como puede ser el excéntrico, inmaduro, pasivo-agresivo, y psiconeurótico. Lo cierto es que se caracteriza por un patrón generalizado de grandiosidad, necesidad de admiración y carencia de empatía.
Pero lo cierto es que el narcisismo es impulsado por la inseguridad, y no por un sentido grandiosidad de uno mismo, según un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores en psicología. Su investigación, que ofrece una comprensión más detallada de este fenómeno examinado durante mucho tiempo, también puede explicar qué motiva la naturaleza narcisista de la actividad de las redes sociales.
“Durante mucho tiempo, no estuvo claro por qué los narcisistas se involucran en comportamientos desagradables, como la autocomplacencia, ya que en realidad hace que los demás piensen menos en ellos”, explican los expertos. “Nuestro trabajo revela que estos narcisistas no son grandiosos, sino más bien inseguros, y así es como parecen lidiar con sus inseguridades”.
Más específicamente, los resultados sugieren que el narcisismo se entiende mejor como una adaptación compensatoria para superar y encubrir la baja autoestima. “Los narcisistas son inseguros y hacen frente a estas inseguridades con su comportamiento grandioso. Esto hace que generen rechazo, lo que agrava aún más sus inseguridades, lo que conduce a un círculo vicioso de comportamientos”.
El estudio
El trabajo se hizo con 300 participantes de una encuesta, aproximadamente el 60 por ciento mujeres y el 40 por ciento hombres, que tenían una edad de media de 20 años y respondieron 151 preguntas. Los investigadores examinaron el trastorno narcisista de la personalidad, conceptualizado como un amor propio excesivo y que consta de dos subtipos, conocidos como narcisismo grandioso y vulnerable. Una aflicción relacionada, la psicopatía, también se caracteriza por un grandioso sentido de sí mismo.
Diseñaron una medida novedosa, llamada PRISN (Refinamiento performativo para calmar las inseguridades sobre la sofisticación, por sus siglas en inglés), que produjo FLEX (perFormative seLf-Elevation indeX) que captura autoconceptualizaciones impulsadas por la inseguridad que se manifiestan como gestión de impresiones, lo que lleva a tendencias autoelevadoras.
La escala PRISN incluye medidas de uso común para investigar la deseabilidad social (“No importa con quién hablo, soy un buen oyente”), la autoestima (“En general, estoy satisfecho conmigo mismo”) y la psicopatía (“Yo tiendo a carecer de remordimientos”).
Se demostró que FLEX se compone de cuatro componentes: gestión de impresiones (“Es probable que presumiré si tengo la oportunidad”), la necesidad de validación social (“Es importante que me vean en eventos importantes”), elevación ("Tengo un gusto exquisito"), y dominio social ("Me gusta saber más que otras personas").
En general, los resultados mostraron altas correlaciones entre FLEX y el narcisismo, pero no con la psicopatía.