Nos espera un fin de semana soleado y con temperaturas primaverales, una ocasión perfecta para salir a la calle y tomar el sol. Así, tal cual, directo y sin protección, aunque sólo durante 15 minutos al día y a primera hora de la mañana o la tarde. Con ese tiempo es suficiente para que nuestro cuerpo sintetice vitamina D, una vitamina esencial que se ha convertido en un verdadero problema de salud pública.

Entre el 70 y el 80% de la población mundial tiene déficit de vitamina D

Se calcula que entre el 70 y el 80% de la población mundial tiene déficit de vitamina D. Y no sólo en aquellos países del norte en los que escasea la luz en invierno; las regiones del Mediterráneo también están afectadas por esta pandemia que tiene muy preocupada a la comunidad médica internacional, puesto que su deficiencia se asocia con enfermedades cardiovasculares, obesidad, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, varios tipos de cáncer, inmunodeficiencias y un aumento de la mortalidad.

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Precisamente, respecto a esta relación entre la falta de vitamina D y la obesidad, la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina, la prestigiosa publicación Journal of Obesity and Overweight recogió en sus páginas un estudio llevado a cabo en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Medeniyet de Estambul.

La investigación analiza cómo la deficiencia produce inflamación en el tejido adiposo y estrés oxidativo. Además, favorece la resistencia de nuestro cuerpo a la insulina y, por tanto, aumenta las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y altera la respuesta de las citosinas, un grupo de proteínas de nuestro cuerpo que actúan fundamentalmente como reguladores de las respuestas inmunitaria e inflamatoria. 

Pero… ¿cómo podemos saber si tenemos falta de vitamina D? Los análisis de sangre nos dicen con exactitud cuáles son los niveles de nuestro cuerpo, pero existen una serie de síntomas que nos pueden poner en alerta: cansancio, debilidad, apatía, ansiedad, hormigueos y entumecimiento, calambres musculares, trastornos del sueño y la concentración.

¿Qué formas presenta la vitamina D?

La vitamina D presenta dos formas principalmente: la vitamina D2, producida naturalmente por algunas plantas, y la vitamina D3 o colecaliferol que es producida naturalmente por el cuerpo cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta de la luz del sol, que es nuestra principal fuente de absorción de la misma (en casi un 90%). Esta última también se encuentra también en la grasa de ciertos productos animales (el arenque, el salmón, las sardinas, el atún o el aceite de hígado de pescado). Los huevos, el queso, la leche y la mantequilla son buenas fuentes.

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Para mejorar su déficit, la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar el sol aproximadamente 15 minutos al día al principio o al final del día y un consumo diario de vitamina D de 5 µg al día, que equivale, por poner un ejemplo, a unos 100 gramos de atún. En el caso de que exista un déficit severo, el médico puede recetar suplementos específicos de los que los que no se debe nunca sobrepasar la dosis indicada.